En shock

LIDIA ROSELLÓ

Os quiero contar una historia que he vivido en mis propias carnes esta semana. Cómo la gente cree que puede utilizar las redes sociales a su antojo para calumniar y blasfemar a otra persona. Os cuento la historia muy resumida, por razones de trabajo que no voy a explicar tuve que despedir a una trabajadora. Hasta ahí todo normal, es una situación incómoda y difícil a la que he tenido que enfrentarme otras veces. Sin embargo, a veces una tiene esa intución femenina y supe que no iba a ser fácil así que hablé con el asesor para que viniera a explicarle a ella los temas financieros del finiquito, etc. y así hicimos. Hasta ese momento todo normal, dijo que tenía que hablarlo con su asesor, en este caso asesora, y ellos fueron los que negociaron los términos del finiquito. Ella pedía 13 días de vacaciones cuando le correspondían únicamente 9,5 pero decidimos pagarle los 13 para poder finalizar el contrato lo antes posible. Y así hicimos. Al día siguiente fui a la oficina de mi asesor y le dejé los papeles firmados y un cheque en el que incluían los días de febrero trabajados, los 13 días de vacaciones y el finiquito correspondiente al tiempo trabajado. Y cual fue mi sorpresa al enterarme que unas horas después de recoger el cheque empezó a calumniar y a difamar a la empresa y a mí. A decir un sinfin de mentiras sobre el negocio que le había pagado el sueldo religiosamente desde que entró a trabajar y en el que siempre se le había tratado con mucho miramiento debido a su situación familiar. En uno de los post llegó a decir que esperaba que pasase las vacaciones que no había cobrado ni disfrutado en el hospital querida LIDIA ROSELLÓ.

Mentira tras mentira se ha dedicado a escribir en las madrugadas sin pensar en que los actos tienen sus consecuencias, así que me he hecho con todas las pruebas y fui a ver al abogado. Escribir mentiras sobre una persona o empresa aunque sea en las redes sociales se consideran calumnias e injurias y tiene penas desde los 3 meses hasta los 2 años de prisión.

Así que se le ha pedido una rectificación de todas las mentiras publicadas en el mismo sitio donde las ha reproducido y si no pues nos tocará volver a vernos las caras pero esta vez en un juzgado donde se que siempre ganan los buenos.

He pasado una semana muy intensa debido a este motivo pero ya estoy más tranquila, la verdad es que poner estas cosas en manos de un abogado da tranquilidad porque una persona no puede ensuciar el nombre de un establecimiento como le venga en gana. Esas cosas no deben quedar impunes.

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