Se estima que la tasa de abortos espontáneos es de uno de cada cinco embarazos (un 20%). Algunos expertos afirman que estas cifras son mayores, llegando a un 50%, pues muchos abortos espontáneos suceden cuando las mujeres ni siquiera se han dado cuenta de que estaban embarazadas.
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Nadie dijo que fuera fácil
Nadie dijo que fuera fácil, ni que todo fuera lindo, ni que fuese como lo pintan en las revistas. Ser madre es lo más hermoso que le puede pasar a una mujer, pero también puede ser estresante y cansado, sobre todo si lo eres por segunda vez.
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Sentimientos encontrados
Estrenando bimaternidad
DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Y por fin nació
Cindy Luque Juarez
Andrés ya tiene 19 meses. Después de tanto mareo con las fechas del posible parto nació a mediados de Septiembre por cesárea. Estuve dos días ingresada en el hospital para que me indujeran el parto, ya que llegué a las 41 semanas y media sin dolores, sin haber roto aguas, sin nada de nada, más verde no podía estar. Como el tiempo jugaba en contra decidieron programarme el parto, claro hasta el final dejaron que el bebe naciera por vía natural ayudándome con medicina para producirme contracciones, pero nada de nada.
El primer día la medicina me produjo fortísimas contracciones, pero no pasaba del 2 de dilatación. El segundo día me rompieron la bolsa a mano (literalmente), luego me pusieron oxitocina y ni aún así aumentaba mi nivel de dilatación, eso sí las contracciones seguían siendo fuertes. Todo el tiempo aguante sin epidural, me habían puesto la vía por si acaso, pero sin la medicina. Después de tanta espera 5 médicos me volvieron a revisar y decidieron poner fin a mi cansancio, decidieron mandarme al quirófano. El miedo me invadió por completo. Me puse super nerviosa, nunca había pisado una sala de operaciones, se lo comenté a los médicos, los cuales se portaron muy bien conmigo, me calmaron, me hablaban de diversos temas para que me olvidara de la cesárea y hasta pusieron música de fondo, la de Julio Iglesias. Eso sí, cuando volvía a ser consciente de lo que me estaban haciendo, me volvía a poner nerviosa, al punto que me tuvieron que subir la dosis de anestesia. En poco más de 15 minutos de haber entrado al quirófano, nació mi hijo, un robusto bebe de 4 kilos 200 gramos. Uno de los cirujanos me dijo riéndose: “¿Cómo querías que este bebe tan grande naciera por parto normal?”. Al verlo, se me pasaron todos los nervios. Su llanto hasta ahora se repite en mi cabeza cuando por las noches, de vez en cuando, se despierta llorando. Ese forma de llorar, creo yo, se mantiene, para mi no ha cambiado. En fin, que ya es más de año y medio con mi chiquitín grandullón, compartiendo sus días, sus progresos, sus rabietas, sus risas (cómo las adoro) y disfrutando su padre y yo de esos besos que hacen que cualquier problema o mal día se pasen de inmediato. Si me preguntas si me acuerdo del dolor, de lo mal que lo pasé, de la recuperación de la cesárea, te diré que sí, que me acuerdo, pero solo eso, lo que no te podré contar con exactitud es la sensación del dolor porque aunque sé que lo sufrí, no me acuerdo. Creo que Dios nos ha dado a las mujeres una capacidad de aguante, y de eliminar de nuestras memorias el dolor vivido en ciertas situaciones como el parto. Por lo menos este es mi caso.
Bueno pues después de cerrar el círculo de Diario de una Primeriza a ver si empiezo a contarles algunas cosas del día a día de la crianza. Besos y bienvenidos de nuevo.
DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Nueve meses y un poquito más
Cindy Luque Juárez
Hace más de dos meses que no escribo nada y han pasado muchas cosas, ahora si que puedo decir que soy una mami primeriza. Ya tengo a Andrés en mis brazos. Con mes y medio este chiquitín ha llenado de alegría nuestras vidas, pero para llegar hasta aquí les tengo que contar cómo fue el final del camino del embarazo. Les resumiré cómo fue el parto.
Historia de un parto prolongado
Ya había salido de cuentas del embarazo, pero como no tenía ningún síntoma de parto ( contracciones, bolsa rota, etc) los médicos hicieron que aguantara una semana más. Fui el día que me indicaron al hospital para que me indujeran el parto, fue un miércoles por la mañana, y me pusieron una especie de tampax con un medicamento que ayuda a dilatar. Todo ese día la pasé con contracciones fortísimas, pero sin dilatar más que 2 cm. Me dieron medicina para calmarme las contracciones y descansar para continuar la mañana siguiente.
El día después, otra vez, me llevaron a la sala de dilatación y me pusieron oxitocina. Lo mismo, todo el día con contracciones como de parto, pero sin dilatar. Tengo que decir que todas estas contracciones las pasé sin epidural. No sabía que mi umbral de dolor fuese tan alto. Ese día me rompieron la bolsa del líquido amniótico, me metieron la mano muchos médicos para » ayudarme» a dilatar y para ir viendo la posición del bebe. Obviamente, en todo momento estaba siendo monitorizada por los médicos del hospital.
Al ver que no avanzaba, seguía en 2 cm, decidieron hacerme cesárea. Me subieron al quirófano alrededor de las 9 pm. Después de dos días intensos y sin resultados positivos para que sea un parto normal, decidieron que la mejor opción para el bebe y para mi era la operación.
Cuando me dijeron esto sentí entre alivio, miedo y decepción. Alivio, porque ya no seguiría sufriendo con tantas contracciones; miedo, porque nunca antes me habían operado; y decepción porque después de mentalizarme para un parto normal, soportar las durísimas contracciones para al final terminar en una cesárea, lógicamente me sentí frustrada.
En los hospitales españoles, por lo que me han dicho y he podido vivir, se empeñan en que los partos sean normales. Hasta el final buscan que la madre trabaje para que el niñ@ nazca de la manera mas natural posible. Solo al final, cuando no hay más opción recurren a la cesárea, como en mi caso. Pero sinceramente es cansado y creo que deberían ver las maneras de aliviar esto a las madres, no sé, quizá previendo las situaciones, el peso, el tamaño, la posición del bebe, etc., para que no suframos demás.
En fin, con el miedo en el cuerpo entré a la sala de operaciones y allí todos me trataron muy bien. Los médicos pusieron a Julio Iglesias de fondo musical, los anestesistas me hablaban para que no pensara en lo que me iban a hacer, incluso me rascaban la cabezas y me hablaban de los presidentes y premios Nobel de mi país para relajarme. Todos majísimos. Yen cuanto menos me lo esperé, ya habían sacado a mi bebe, me lo enseñaron con el cordón umbilical colgándole aún. Los médicos graciosísimos me dijeron que cómo esperaba yo que ese niño tan grande, 4200 gr, naciera por parto natural. Imposible!!!
Todo lo que vino despues fueron los cuatro dias de recuperación, y luego a casita a disfrutar del nene. El miedo quedó atrás y ahora disfrutamos de nuestro hermoso pequeñín que ha cambiado por completo nuestras vidas, para bien claro. Ahora pasamos los días entre pañales, toallitas húmedas, leche y muchas sonrisas que cada día nos regala este precioso regalito de Dios.
DIARIO DE UNA PRIMERIZA: La espera desespera
Cindy Luque Juarez
Hace semanas que no escribo nada en este blog. Quizá por el cansancio, quizá la apatía, quizá el punto de cruz que me quita mucho tiempo…. Tenía algunas cosas que contarles de estas últimas semanas de embarazo, pero la verdad es que me sentía sin ganas hasta para teclear palabras. Pero bueno, aquí vamos de nuevo.
Ya estamos en la recta final de esta hermosa aventura de nuevo meses (39 semanas). Ahora mismo me siento muy cansada, con mucho sueño, sin ganas de nada- a veces ni de comer, solo tomar líquidos- y sobre todo muy ansiosa viendo cada signo que podría decirme que ya estoy de parto: si la bolsa se rompe, si el tapón vaginal cae, si hay sangre en la ropa interior o si las contracciones que ya estoy teniendo duran más tiempo y son más frecuentes. Aún nada. Para añadirle una puntita más a todo esto, en estos últimos días los dedos de las manos y de los pies se me han adormecido, cada vez que me levanto no puedo moverlos, me duelen y pasa un buen rato hasta que vuelven a la normalidad. He leído que esto es normal, sobre todo en este último mes de embarazo.
Como siempre digo, estas son cosas que me pasan a mi, seguro que hay mujeres que no han sentido o no sentirán nada de lo que yo he experimentado, que llevarán un embarazo formidable. Yo solo comparto cómo ha sido mi caso. No me quejo, porque en líneas generales he tenido un buen embarazo, sin complicaciones y ya solo queda pasar este último tramo. Es como la vuelta ciclista, el final es el que más cuesta, hay que sacar todas las fuerzas para terminar la carrera y obtener el meillot amarillo, en este caso, ver la carita de tu bebe el día que nazca, eso lo compensa todo.
Ah, la barriguita, ya está inmensa, como dirían por ahí soy «una mujer a su barriga pegada «, jajaja. Dicen mis amigas que soy más panza que cuerpo. La barriguitas preciosa, pero a la hora de dormir ahí si que se nota el peso y el volumen, sobre todo porque ya no te puedes mover con facilidad en la cama, tienes que hacer malabares para levantarte, coger la pancita con las dos manos, ir rodando como una croqueta hasta encontrar la posición más cómoda, e incorporarte. Es una de las cosas que más incomodan.
Cambios de fechas, cambio de chip
Estas semanas toda nuestra familia se ha encontrado en vilo, pensando que el bebe ya nacería. La causa? En Agosto mi matrona, la que me ha visto desde el inicio del embarazo se fue de vacaciones y dejó un reemplazo. Ella se fue pensando que me harían cesárea porque en la tercera ecografía se veía al niño en posición podálica ( sentado). Cuando tuve mi siguiente revisión, la nueva matrona vio mis exámenes y ecografias y se fijó que en la última ponía que aunque yo tuviera 33 semanas de embarazo, mi bebe pesaba como de 35 semanas. Fue entonces cuando la doctora decidió cambiar mi fecha probable de parto, de la primera semana de septiembre al 20 de agosto. No entendí bien su explicación, pero dijo que era el procedimiento.
Llegada la fecha, me llamaron del hospital, porque al ser una posible cesárea y tener las semanas cumplidas me programarían el parto. Ese 20 de agosto fuimos mi esposo y yo preparados, con la maletita hecha, con los nervios de punta tratando de mentalizarnos de que me harían una operación. Mis suegros pensaban que ese día me quedaría y que ya tendríamos en brazos al bebe. Pasé a los monitores para que vieran los latidos y movimientos del niño y si tenía contracciones. Todo bien. Luego me hicieron una nueva ecografía, la doctora me dijo: «tu hijo se ha portado muy bien, se ha dado la vuelta- de nuevo- y está en posición cefálica ( buena posición )». Una cosa sorprendente, porque algunos médicos indican que es difícil que el bebe se de vueltas a estas alturas del embarazo porque el niño ya no tiene mucho espacio en la barriga y también por su tamaño. Pero bueno seguro las caminatas por Madrid, Toledo, la playa, los ejercicios sobre la pelota, etc. ayudaron a que el peque se posicionara bien.
Con esta noticia quedaba descartada una cesárea, ahora solo tocaba esperar que el parto normal se produjera. Esperar contracciones, rotura de la fuente, o que el tapón vaginal cayera. Eso ya lo sabía. Lo que no me esperabaes que al pasar consulta con otro médico del hospital que revisó todos los exámenes de ese día, me dijera que no tenía sentido que me adelantaran la fecha de parto, que eso se hacia considerando la segunda ecografía y no la tercera, etc.
En fin, que me volvían a cambiar la fecha del posible parto a la inicial, la primera semana de septiembre…. Uf qué lío, y sobre todo volver a cambiar de chip, volver a reprogramar tu cerebro y tu cuerpo para aguantar unas semanas más y pensar en la epidural y en todo lo que te enseñaron en las clases de preparación para ponerlos en práctica a la hora del parto. Qué le vamos a hacer, así son las cosas. Ahora toda la familia está al pendiente, cada día preguntan cómo te sientes?, ya?, hay algo? La respuesta: nada. Como en todo, mientras más esperas algo con muchas ganas, más se tarda en llegar. Y en este caso mi hijo parece que está a gustito en la barriga de su mami y allí sigue.
Aun queda una semana para salir de cuentas, las nuevas cuentas, veremos qué sucede y si antes de eso ya tenemos a nuestro bebe en brazos que ya tenemos muchas ganitas de verlo. Su habitación está preparada y nosotros también.
DIARIO DE UNA PRIMERIZA: volteretas que asustan
Cindy Luque Juarez
Hoy hemos ido a hacernos la tercera y ultima ecografia. El bebé está muy bien, pesa ya 2,400 kilos. La única novedad es que nuestro Andresito ha decidido dar una súper vuelta y pasar de estar bien posicionado a estar de culete, como dicen aquí, o sentado, como dicen por allá.
A ver, ya llevamos 33 semanas de embarazo y a mi me dijeron que si ya estaba bien colocado era mejor porque conforme pasan las semanas él tendrá menos espacio para moverse porque crece más rápido. Y si estuviera sentado, pues habría que hacer cesárea.
Con esta información y con la que me dijeron hoy en la ecografia: que el bebé está sentado, me puse de los nervios. Primero me deprimí, me puse triste, y hasta lloré un poco. Siempre digo y repito lo mismo, SOY PRIMERIZA y aunque no quiero ser alarmista….muchas cosas que voy experimentando durante el embarazo me asustan y como hoy hasta me agobian. A eso se suma que los quirófanos me dan miedo, nunca me han operado. La única que vez que estuve en una sala de operaciones fue cuando me sacaron las muelas del juicio y me puse tan nerviosa que me dio taquicardia y no paré de darle golpes al médico. Fue una experiencia traumàtica y pensar en una cesárea me da nervios.
De todas maneras el médico que me hizo hoy la eco hoy me dijo que aún había posibilidades de que el bebé volviera a darse la vuelta, que caminara mucho.
Mi esposo, para aliviarme la carga, se puso a buscar en internet información sobre este tema y dimos con esta página http://bebeagogo.wordpress.com/2011/05/27/girar-a-un-bebe-que-viene-de-nalgas/ donde encontramos posturas, ejercicios, trucos para incentivar al bebé para que cambié de posición.
Ahora estoy más tranquila, he hablado con amigas que han dado a luz por cesárea y escucharlas me ha ayudado. Pero me gustaría saber si ustedes tienen alguna sugerencia o experiencia sobre este tema.
Por nuestra parte solo nos queda esperar y confiar que el pequeñín siga moviéndose hasta ponerse en buena posición. Y si no, pues ya les contaré si hay o no cesárea.
DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Sin ganas de nada
Cindy Luque Juarez
Hola a tod@s, sigo en deuda con los posts sobre las clases de educación materna: el parto y el niño. Estas semanas parece que he vuelto a las primeras de embarazo. Me siento muy cansada, con mucho sueño, sin ganas de nada, ni siquiera de comer, si por mi fuera-y con el calor que hace en España- solo pasaría el día tomando zumos (jugos), helados, fruta o ensalada, y mucha agua. Y aunque no las tengo hinchadas, las piernas me pesan. Ah! si al igual que yo sientes que en estos últimos meses estás más torpe, más olvidadiza, no hay que asustarse, es normal.
Este mes también he sentido a mi hijo más fuerte, sus lindos y suaves movimientos de hace unos meses se han convertido en movimientos fuertes a veces dolorosos, algunos como pequeñas olas, otros como un terremoto dentro de mi barriga, patadas muy fuertes, movimientos en los que se puede ver claramente un bultito que sale por el lado izquierdo, derecho (este es el preferido de mi bebé), o en medio de la pancita.
Muchas veces, incluso, he sentido unos pinchazos en la parte más baja del útero, parece que este niño ya quiere salir. Hay momentos en que mi querido Andresito se pega tanto a mi pecho, que no me deja respirar, es entonces cuando pongo en práctica las clases de respiración que nos ha enseñado la doctora. Cuando esto no funciona, el papi pone la mano fría y le habla al bebé para que se mueva y deje respirar a la mami.
Y sobre el sueño, ufff hay días en los que me he pasado la noche en vela. El calor, los movimientos del bebé, o si he dormido la siesta de la tarde o he tenido algún estrés en el día…. han hecho que algunas veces el sueño se me trastoque. En estas ocasiones he «fastidiado» por el skype a mi amiga Magali de Lima, debido a la diferencia de horarios aún está despierta, aprovecho para hablar con ella y una vez que el cansancio me gana, me quedo rendida en el sofá con el ventilador encendido. Ayy!! es lo que tiene estar embarazada en verano, no?
Otra cosa que me ha sorprendido estos días- ya me habían dicho algunas amigas o mujeres en las clases pre parto que es normal en esta etapa del embarazo- es que he visto algunas gotitas transparentes en mis pezones, otro día han aparecido gotitas blanco- amarillentas. Vamos que me está saliendo leche. Qué nervios y alegría he sentido al verlas porque ya estoy produciendo el alimento para mi hijito. Solo espero que cuando le toque engancharse al pecho, no haya problemas.