A 10 mil kilómetros de ti

Desde que vine a vivir a España, estas épocas han sido muy duras para mí. Pasar la primera Navidad (2008) fuera de Lima me costó mucho. Esa primera vez eché mucho de menos a mi familia, ni siquiera el viaje de novios y de Año Nuevo de ese año a Paris, que fue precioso por cierto, compensó esa sensación rara que tenía al no estar con mis padres, mi hermana y mi sobrina. Ese fue el año más duro para mi esposo y para mí que acabábamos de casarnos. Nosotros no tuvimos esos roces del primer año de convivencia, no, nosotros tuvimos tristeza, nostalgia por estar lejos de mi familia, de mis amigos de mi tierra. Mi esposo ha sido y es un gran compañero en momentos duros, el que siempre me ha sostenido y ha tenido la bendita paciencia de consolarme en esas difíciles circunstancias. Conforme fueron pasando los años, mi marido y yo tratamos de ir cada año a Lima a pasar estas fiestas. Sin embargo, desde que tuvimos hijos eso ha cambiado totalmente porque nuestros viajes han dependido de mis embarazos, de los bebés, y se han prolongado a cada dos años.

Es difícil no sentir esa sensación de nostalgia cada Navidad. Cada vez que he ido a Lima por estas fechas, he disfrutado al máximo de todo: de mi familia, de la comida, amigos, hasta del bullicio de la ciudad y del tráfico. Las semanas de vacaciones allí se me pasan volando. En España la Navidad es diferente. Para empezar, es invierno y eso a veces es lindo porque se ve la nieve y es como una postal, pero le hace falta ese bullicio de las calles limeñas, los fuegos artificiales, los saludos de los vecinos que a la medianoche salen a brindar por un nuevo año, el ajetreo de la gente, la comida llena de especies. Aquí en España la comida es riquísima también, pero no hay pavo ni pollo, sí hay mariscos, cordero, cerdo, etc. Mientras en Lima brindamos con champán, aquí se brinda con cava. Aquí se comen dulces navideños tipo mazapanes, polvorones, aunque cada vez más se ven panetones en los supermercados españoles.

En este lado del mundo hasta hace pocos años era más popular recibir y festejar a los Reyes que a Papa Noel. En fin, diferentes navidades con su encanto especial. Pero yo he seguido extrañando mi Navidad peruana.

Y cada vez que volvía de Lima, cuando las vacaciones se terminaban, llegaba aquí hecha un mar de lágrimas por la pena de dejar la familia allá. Cuando tuve mi primer hijo esa sensación se fue mitigando. Lloraba, sí, pero menos. Cada vez menos.

Ahora, este año, volvemos a Lima casi después de tres años y voy con mis dos retoños. Andrés ya estuvo una vez en Perú. Para Gabriel será su primer viaje. Estamos esperando con ansias coger ese avión y llegar a disfrutar de todo lo que nos hace falta por este lado del charco. Ahora empiezo a tener sentimientos encontrados, de ilusión por ver a nuestra familia en Perú y pena por dejar a nuestra otra familia ( suegros, abuelos, cuñada) en España. Pero así es la vida, no se puede tener todo. Por ahora seguimos llenando las maletas de regalos, ilusión y de mucho amor para entregar en este mes que estaremos por allá.

¡Nos vemos pronto!

Primer viaje sin mis hijos

¿Lo hago o no lo hago? ¿Me arrepentiré? ¿Mis hijos sufrirán? ¿Mi esposo podrá solo? Estas y otras preguntas rondaban por mi cabeza por más de dos meses, cuando mi mejor amiga de Perú, Magali, que iba a visitarnos, me hizo la propuesta «indecente».

Magali me dijo que hiciéramos un «viaje de chicas», juntas, sin esposo y sin hijos.
«Uf, no creo, difícil, cómo voy a dejar a mi esposo y a los peques solos. No, ni loca», afirmé rotundamente. «Habla con Ramón y pregúntale», me contestó.
Por un lado tenía el gusanillo de la aventura y por otro la «seguridad» de que no podría hacerlo.  Se lo comenté a mi esposo. Él me dijo: «¿Y por qué no? Yo me quedo con los peques sin problemas, aprovecha esta oportunidad y véte, te lo mereces, a Magali le hace ilusión ir contigo, sin hombres, jajaja. ¡Anímate!, me insistió. Me quedé sorprendida por su respuesta y porque me animara tanto para hacerlo. Me lo planteé, y le respondí que si el bebé-en los dos meses que faltaban para la llegada de mi amiga- dejaba de depender de mí en el tema del pecho, me lo pensaría. Gabriel ya estaba dejando de lactar poco a poco y un mes después ya no quería más teta, solo quería biberón. Una cosa a favor para viajar.
Un día, le comenté «la propuesta» a mi otra mejor amiga de España, Rosa, su marido le dijo: ¿ y por qué no te vas con ellas? Ella no se creía lo que su esposo le proponía. Y es que ella ha viajado poco, se ha dedicado a trabajar, a su familia, a su casa, etc. Su esposo le dijo que hablaba en serio, que le regalaba el viaje por su cumpleaños y que no se lo pensara. En ese momento mis dudas se disiparon y entre broma y broma de nuestros esposos sobre el tema, decidimos mirar vuelos, destinos, hoteles. Al día siguiente ya teníamos fecha, país de destino y muchas ganas de que llegara el día del viaje.
Así se gestó nuestro primer viaje de chicas. Copenhague fue la ciudad elegida. Tengo que admitir que durante estos tres días en Dinamarca me lo he pasado genial, he dormido del tirón, sin interrupciones, jajaja. Hemos reído, hemos superado algunos contratiempos juntas. Pero muchas veces he sentido que me faltaban mis chicos, cuando veía ciertos sitios, pensaba: «Esto le gustaría a mi esposo, esto otro a mi hijo, este paseo en bote sería romántico con mi Ramón, etc». A Rosa le pasaba lo mismo. Magali, que está soltera, nos miraba y sonreía. Muchas veces la tratábamos como si fuera nuestra hija, jajaja.
Cuando le contamos a algunas personas que íbamos a viajar nos lanzaron su mirada de desaprobación, nos hicieron comentarios del tipo «uy, pobres tus hijos», «cómo puedes dejarlos», «yo no lo haría», etc. Esos comentarios hacían que me sintiera culpable, que pensara en algunos momentos que estaba siendo mala madre por hacer este viaje, por dejarlos, por no compartir este momento con mi familia. Pero mi esposo que es tan bueno, me animaba y me decía que ya habíamos tenido nuestro viaje de familia, que quería que tuviera esta experiencia con mis amigas y que no hiciera caso de esos comentarios. Así es que le hice caso. Y la verdad es que debo agradecerle por ser mi respaldo y mi gran compañero. Por haber cuidado tan bien de nuestros hijos, de la casa y por su generosidad.
Al volver a casa me sentí tan contenta de ver a mi marido que le estampé un beso a pesar de que estaba dormido. Me quedé dando gracias a Dios en silencio por este hombre, por mis hijos y por esta maravillosa aventura. Me eché al lado de mi hijo mayor que dormía con su padre y hermano y entre sueños cogió mi cabello y me dijo: «Mami te quiero, te he echado de menos».
¿Y ustedes, alguna vez han viajado sin sus esposos o hijos? ¿Cómo se han sentido? ¿Les han hecho comentarios que las han hecho sentir culpables?
*** Este artículo colaborativo ha sido publicado en la web de http://www.mamasbloguerasperuanas.com/

Volando con bebés

Escribo este post respondiendo a una pregunta que me ha hecho una amiga, Isabel, acerca de qué hay que tener en cuenta a la hora de viajar en avión con bebés. El año pasado fuimos a pasar la Navidad con la familia a Lima. Sabíamos de antemano que iba a ser un viaje pesado, sobre todo porque viajaba sola con mi hijo de 15 meses, en un vuelo de 12 horas y 10 mil kilómetros de distancia que separan a Madrid de Lima. Pero no teníamos otra opción, mi esposo no tenía muchas vacaciones y tuvo que venir dos semanas después. Desde el principio era consciente que esta «aventura» sería bastante pesada para mi. Pero no quería estar solo dos semanas con mi familia en Perú, así es que decidí armarme de valor y adelantarme con Andrés para que disfrutara de sus abuelos, tí@s, prim@s, etc. que lo conocerían por primera vez. No sabía en lo que me estaba metiendo.

Bolsa-de-transporte-de-cochecitos-Bugaboo

En primer lugar tuvimos que salir de Alicante, por esa fechas estábamos por ese lugar, por lo que hicimos un primer vuelo Alicante-Madrid de una hora y media más o menos. Luego tuvimos que tomar la siguiente conexión de Madrid a Lima (12 horas). El primer vuelo, fue rápido y sin incidentes. Facturamos las maletas, nos despedimos de papá y a continuar. El segundo fue más pesado, sobre todo por la poca ayuda que me brindaron desde antes de embarcar, pero dejaré mi mala experiencia a un lado y me centraré en las recomendaciones a la hora de volar con tu hij@.

Los niños menores de dos años no pagan un pasaje entero, solo unas tasas. Si optas por pagar estas tasas tienes que tener presente que tu bebé irá sentad@ sobre tus faldas, pero si vas con tu esposo, mejor que mejor porque podrán turnarse. En mi caso, tuve que hacerlo todo yo sola. Si prefieres pagar otro asiento adicional para tu pequeño, seguro que irán más cómodos, pero tu bolsillo lo notará.

-Lo primero que debes hacer es reservar un asiento especial. A veces, dependiendo de la edad y peso del niñ@ te pueden dar una cuna que suelen colocar en los asientos más espaciosos. Aunque yo la solicité meses antes de mi vuelo, no me dieron ninguna cuna. Me dijeron que a la hora de embarcar fuera temprano y la pidiera, pero ni aún así. Lo único que conseguí fue que me ubicaran en un asiento junto a otro que estaba ocupado, así es que pude echar a mi hijo allí para que durmiera. Menos mal que no me dieron la cuna, porque eran chiquititas, creo que están hechas para bebés más pequeños.

-En los vuelos te suelen dejar llevar el cochecito de paseo hasta las escaleras del avión, luego el personal de la aerolínea lo mete en la bodega, aunque si deseas puedes facturarlo junto con las maletas. Si haces conexiones es mejor que la mantengas cerca. En mi caso, al ir sola, me ayudó porque pude descansar dejando a mi bebé en su carrito dormidito hasta antes de subir a cabina. He leído experiencias de otras madres que cuentan que les dejaron llevar dentro de la aeronave el asiento desmontable del cochecito y subirlo al avión. Tendrías que consultar con la empresa que contrates sobre este tema, porque a mi me dejaron claro que el cochecito que subía al avión debía ser de una sola pieza y plegable.

Fuente: te.abrazo.com.mx

Fuente: te.abrazo.com.mx

-Un canguro o portabebés también ayuda. Es más fácil moverte con el bebé pegado a ti.

-Sobre el número de maletas permitidas, es mejor consultar con la aerolínea porque cada una tiene algunas reglas. Yo viajé con AirEuropa y me permitían llevar dos maletas grandes de  23 kg. (una para mi y otra para mi hijo) que facturé previamente, además una maleta de mano (para mi) que iba en la cabina, el carrito del bebé que iba en la bodega del avión y una bolsa  portapañales.

-¿Qué debes llevar en la bolsa del bebé? Pañales, crema anti rozaduras, toallitas húmedas, ropita de cambio por si se mancha, moja o suda, una mantita (recuerda que la temperatura del avión es mucho menor). Alguna prenda básica para ti, por si también te manchas

-Yo, además llevé tres bolsitas pequeñas adicionales. La primera con los juguetes que más le gustaban a mi hijo, eso sí pequeñas y que se puedan doblar. La segunda bolsita con  medicinasParacetamol, Ibuprofeno, unos sobres de suero que me recomendó su pediatra por si le daba el mal del turista en Lima ( que los utilicé porque a los pocos días de estar en Lima  le dio diarrea y vómitos), una crema para los chichones (aquí en España usamos Arnidol), monodosis de suero fisiológico para limpiarles las fosas nasales y aspirador de mocos (con el cambio de  temperatura a los niños y adultos se nos reseca la nariz). En la última bolsita llevé su comida: si toma biberón y come debes calcular la cantidad de biberones que tomará en las horas de  vuelo que tienen por delante, lo mismo con la comida. Yo llevé dos biberones, uno con agua y otro vacío, leche en polvo y una botella pequeña de agua. Aunque está prohibido viajar con  líquidos, a la hora de pasar por el detector de metales y revisión de equipaje de mano, tienes que decir que llevas es para prepararle el biberón a tu hijo y no tendrás ningún problema.

Si necesitas calentar el biberón o el tarrito de comida, las azafatas te ayudarán a hacerlo. En los servicios de los aviones hay cambiadores, aunque por mi experiencia son muy incómodos. Yo cambiaba a mi hijo sobre mis piernas o sobre el asiento de al lado.

-Mi «as» bajo la manga, cuando veía que ya nada lo entretenía: el Ipad o cualquier otro dispositivo electrónico ayudaba durante bastante tiempo a mantenerlo distraído. Debes cargar sus vídeos o dibujos preferidos como Mickey Mouse, pepa Pig, Pocoyó, etc.

-Lleva a tu hij@ cómod@, con prendas sueltas y frescas. Si es invierno lléval@ con capas que puedas quitar y sacar según los distintos sitios del aeropuerto en el que te encuentres. Tú también debes ir cómoda, sobre todo si le das el pecho, para que te puedas mover con facilidad.

-Si tu hij@ ya camina y ves que está incómodo y muy activo, paséal@ por los pasillos del avión para que se entretenga. Así tu y él/ella podrán estirar las piernas.

Fuente: Teleaire.com

Fuente: Teleaire.com

-¡¡¡Importante!!! La doctora de mi hijo me recomendó que antes del despegue y a la hora de aterrizar se debe mantener al niñ@ con un chupete (chupón), tomando biberón o el pecho para que no se le tapen los oídos con el cambio de presión. A mi me funcionó muy bien lo primero.

-Yo recomendaría viajar por la noche, es más fácil que puedas mantener la rutina que tiene tu hij@ y que se duerma pronto y vaya tranquil@ durante el vuelo. Pero recuerda, hay que ser flexibles con los pequeños porque es difícil mantenerlos durante largas horas quietos. Ell@s, al igual que tu están cansados e incómod@s durante el viaje.

-Si viajas por la noche lleva a tu bebé bañadito para que esté relajado. También puedes optar por untarle (detrás de las orejas, en las sienes, en la frente, en los pies) aceites aromáticos  tipo lavanda para que esté calmadito. La pediatra también me recomendó echarle unas cucharitas de Blevit Sueño a la leche o al agua para calmar los nervios del chiquitín. Es mejor que esto se lo vayas dando antes de llegar al avión.

– Trata de hidratarlo bien durante el vuelo: dale el pecho, el bibe o agua.

-Y por último llénate de mucha paciencia y buen ánimo, no pienses en el trayecto o en las horas que faltan para llegar a tu destino, mejor piensa que pronto verás a tus familiares o amigos a los que visitarás.

Espero que estos consejos te hayan servido. !Buen viaje!!!

Viajando con Andrés

Ya queda poco para las vacaciones de verano y empezamos a planear viajecito. Desde que tuvimos a Andrés nuestras vacaciones han cambiado. Si antes viajábamos fuera del país y visitábamos lugares exóticos, ahora con un bebé a cuestas hacemos viajes al interior de España y en nuestro coche. Si antes recorríamos y veíamos todo lo que se podía, ahora vamos a un ritmo más pausado. Si en anteriores viajes nos animábamos a probar comidas desconocidas, ahora no nos arriesgamos porque ahora habría que cuidar bebé y al papá o mamá enfermos. Si antes dedicábamos más tiempo a estar viajando, ahora máximo una semana porque el cansancio se nota más con un pequeño gigante a cuestas ( a excepción de nuestro viaje a Lima que estuvimos poco más de un mes). A pesar de todo no hemos dejado de viajar, lo hacemos para que nuestro hijo también se adapte a nuestra rutina. El primer viaje largo que hizo Andrés fue cuando tenía seis meses, tuvo que acompañarme a una importante entrevista de trabajo que tenía en Girona (si quieres leer sobre esa aventura pincha aquí: https://consentidodemama.wordpress.com/2015/06/09/con-mi-hijo-a-cuestas/). El “viaje”, el grande, de doce horas de vuelo lo hicimos a Lima y de eso mejor no quiero acordarme porque viajé sola y lo pasé fatal. El tercer viaje largo, fue el verano pasado y la verdad es que el nene se portó bien, pero de esa experiencia tengo cosas que debo mejorar para el que haremos estas vacaciones.

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Nuestro destino es una vez más el norte, humos del calor de España. Esta vez toca Asturias, si no hay cambio de planes.      Mientras mi marido hace el itinerario, yo voy haciendo una lista imaginaria de todo lo que tenemos que llevar en el coche y las  previsiones necesarias a la hora de ir con un bebé. Para ello, lo primero que elaboraré es una lista de cosas que necesitaré llevar o  hacer como por ejemplo:

  •   Preparar la maleta. También tiene su truco, yo la verdad es que me estreso con esto, pero esta vez haré un lista de ropa que    llevaremos los tres, dependiendo del clima del lugar y las previsiones meteorológicas.
  •  Comida del bebé. Como ahora Andrés come lo mismo que nosotros, no hay problema. Lo único que debo tener en cuenta es su  leche y el biberón.
  •  Sus artículos de aseo. Siempre tengo pequeños botecitos de su shampoo, gel, y crema para los viajes.
  •  Pañales, cambiador, crema anti rozaduras. Todo bien ordenado en su bolsa pañalera.
  •  Protector solar, un gorro, su crema para los chichones por si se golpea (Arnidol), repelente para los mosquitos, su aceite de  lavanda que lo relaja.
  •  Botiquín con Apiretal, Dalcy, un termómetro, algunos sueros fisiológicos por si se le resecan las fosas nasales y un spray para  desinfectar heridas.
  •  Y algo sumamente importante, su cartilla de vacunación y su tarjeta sanitaria; además su DNI y libro de familia.
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Diversión a bordo 

Para las largas horas de viaje llevaré los juguetes que más le guste a mi hijo: Sus cochecitos, su Pocoyó, el  teléfono móvil de juguete que tiene varias opciones con luces de colores, sus cuentos, sus dinosaurios, su pelota pequeña, un  pequeño juego de piezas. Y una cosa que no puedo olvidar es la tablet, en la que grabaré más canciones y videos de Pocoyó,  Caillou, Pepa Pig, Mickey  Mouse, para mantenerlo entretenido. Pero este es mi último recurso, el as bajo la manga cuando veo  que nada lo calma.

EL DATO:

La asociación que agrupa a las grandes empresas turísticas, Exceltur, indica que el primer trimestre de 2015 la demanda de noches en hoteles por parte de los españoles ha crecido un 9% y se han contratado a 69.303 personas en marzo; sin embargo, esta cifra sigue siendo inferior a la de años anteriores. Por eso es importante seguir impulsando el turismo nacional, viajar por el interior de España además de generar más trabajos es una muy buena opción cuando tienes niños.

Próximo destino… vacaciones

LIDIA ROSELLÓ

Seguro que más de uno se habrá sentido identificado con el título de este post: Próximo destino… vacaciones. No es mi caso pero como dicen por ahí tengo que sentirme satisfecha porque tengo un trabajo. Mis vacaciones vendrán más tarde así que las cogeré con más ganas!. Pero me gustaría saber cuál ha sido vuestro mejor verano, qué haceis en verano para disfrutar de vuestra vacaciones.
cerrado por vacaciones
A mí me encanta viajar, disfruto muchísimo buscando el viaje porque en esa fase tienes abierto el campo de elección, siempre que esté dentro del presupuesto fijado con antelación. En mi caso, busco por Internet, en un millón de páginas y más páginas hasta que te decides por dos o tres destinos… hasta que renuncias a todos menos al elegido. En ese momento comienza la búsqueda de información del país, que ver, que comer… disfruto mucho. Y cuando por fin se acerca el día soy puro nervio 😉
¿Qué os gusta hacer en vacaciones? ¿Sois de los que os relajais al sol y os refrescais con el agua de la piscina o del mar? ¿O tal vez sois de los que os gusta visitar ciudades y descubrir rincones?
vacaciones
Para mí el viaje perfecto es la combinación de ambos aspectos. Me encanta rejalarme y bañarme pero también me gusta perderme entre las calles y gentes de distinta cultura a la mía.
Mientras opinais me voy a dar un baño.
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El que la sigue la consigue

Cindy Luque Juarez

Sé que no he terminado de contarles sobre el viaje a Turquía. Me quedaba por describir, según mi humilde opinión, la mejor parte del viaje y las mejores ciudades que visitamos. Espero poder terminar de escribir esa segunda parte para postearlo. Pero antes quería compartir con ustedes una buena noticia relacionada con esta «travesía» que vivimos.

Como ya les había descrito, este viaje ha sido un viaje lleno «de sorpresas» y algo «accidentado», sobre todo porque tuvimos que desembolsar más dinero del que habíamos previsto por una mala información de la agencia de viajes (que fue el motivo por el que no pude volar la primera vez a Estambul). Y como siempre había que pagar y al final reclamar.

En fin, a la vuelta del viaje no nos animamos a reclamar, pero gracias a una buena amiga que me animó a hacer cumplir mis derechos como consumidora y pedir una indemnización por el «error» de la agencia que nos había ocasionado tantos problemas, decidí ir a la agencia de viajes a reclamar.

Incluso pedí una cita con el gerente de la empresa de viajes y cuando hablé con él le expuse todos mis puntos y por qué creía que debían devolvernos el dinero que pagamos de más. El hombre nos pidió disculpas por lo sucedido y nos agradeció que antes que nada acudiéramos a él para tratar de solucionar el problema. Nos pidió 10 días para darnos una respuesta. Antes de cumplirse el plazo, nos llamaron de la agencia y nos dieron la grata noticia de que nos devolvían todo el dinero extra que habíamos gastado.


La verdad es que ha sido un gran gusto saber que todavía hay empresas que se preocupan por enmendar sus errores y fidelizar a sus clientes frecuentes, en este caso Halcón Viajes. Si bien nadie nos quita el mal rato que pasamos previo al viaje, hoy podemos decir que esta agencia se merece nuestro voto de confianza, eso sí de ahora en adelante con más ojo y cuidado que nunca cuando contratemos futuros tours.

Nuestra pasión turca I (Estambul)

Cindy Luque Juarez

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Después de los accidentados momentos previos a nuestro viaje a Turquía, quiero mostrarles lo bien que lo pasamos durante el tour a este hermoso país, que nos ha dejado impresionados con su cultura, con sus hermosos paisajes (sobre todo Capadocia) y la maravillosa gente que conocimos en el viaje. En esta primera parte quiero describirles y señalarles los lugares que más nos gustaron de Estambul. Luego les contaré el resto del viaje, que creo que fue mucho más bonito- para mí- que la primera parte.
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Hablar de Turquía es hablar de mezquitas, de especies, de historia, y de contraste de culturas.
Nuestro recorrido en Turquía empezó por Estambul, una ciudad con el mayor contraste cultural de todo el país. Muy occidental por un lado y muy oriental por el otro. Yo la definiría como»La Ciudad de las Mezquitas», se dice que hay unas 3 mil en esta ciudad, una por calle más o menos, unas más grandes y más hermosas que las otras.
Estambul, en turco Istanbul, es la ciudad más grande de Turquía y una de las mayores ciudades de Europa. Es la capital administrativa del país porque la capital política es Ankara.
Quién diría que en esta viaje visitaríamos dos continentes al mismo tiempo, sí porque Estambul es una ciudad partida por el Estrecho del Bósforo que la divide en dos partes, una en Asia y otra en Europa.
Hasta el año 330 a Estambul se la denominó Bizancio, y posteriormente, hasta el 1453, Constantinopla. Su actual denominación, Istanbul, le fue otorgada en 1930.
La gran mayoría de su población es de confesión musulmana, con minorías de cristianos y de judíos. Por eso la gran cantidad de mezquitas.
En Estambul hay mucho por ver, por visitar, por caminar, por comprar, por comer. Pero creo que las cosas más importantes, las que valen la pena ver, según mi humilde opinión claro, son:

. La Mezquita de Solimán el Magnífico, es una de las más bellas, famosas y visitadas de Estambul. Fue construída por orden de Solimán I, uno de los sultanes otomanos más ricos y poderosos de la historia. Esta mezquita deja impresionados a los visitantes por su tamaño, su sencillez, sus excepcionales azulejos, por sus preciosas vidrieras que proyectan una inmensa luz a través de sus cientos de ventanas y por sus imponentes columnas.

. La Mezquita Azul, es la más importante de Estambul. Fue construida por el Sultán Ahmed I. Un elemento común de las mezquitas es el minarete (torres). En este caso la Mezquita Azul cuenta con seis minaretes lo que, en el momento de su construcción, provocó mucha polémica, ya que la Meca también tenía seis. Posteriormente y para apaciguar a los fieles, en la Meca se construyó un séptimo minarete para marcar la diferencia.
Esta mezquita es llamada azul porque en su interior tiene miles de azulejos de color azul que adornan la cúpula y la parte superior de la mezquita. Su ilumninación tmbién es impresionante y proviene de sus vidrieras y de las lámparas de araña que cuelgan del techo.
Un consejo importante, antes de ingresar en ésta y otras mezquitas se debe llevar la ropa apropiada (no pantalones o faldas cortos, ni camisetas de tirantes) y hay que quitarse los zapatos antes de entrar. Las mujeres deben llevar los hombros y el pelo tapado. Si no llevan nada para taparse, en la entrada les dejarán todo lo que necesiten para visitarla.

. Iglesia de San Salvador de Chora. Lo más espectacular de la iglesia son sus frescos y mosaicos bizantinos, ya que están considerados como los mejor conservados del mundo. Solo como dato curioso, Chora significa «fuera de la ciudad», y es que la iglesia se construyó en la parte exterior de las murallas de la antigua Bizancio.

. La Basílicia de Santa Sofía, o como la llaman los turcos, Ayasofya, es el símbolo de Estambul. Fue construida durante el mandato de Justiniano alrededor del año 500 y es una de las obras maestras del arte bizantino. Entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del Papa. En 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita.


El interior de Santa Sofía es sobrecogedor: la sala principal es muy grande, la iluminación, los enormes medallones decorativos y las columnas la hacen especial. En la segunda planta de la basílica se pueden encontrar diversos mosaicos como el del emperador Constantino y a la emperatriz Zoe adorando a Cristo.

. El Palacio de Topkapi, es el mejor reflejo de la época imperial en Estambul y simboliza el poder que alcanzó Constantinopla como sede del Imperio Otomano. Desde este palacio los sultanes gobernaron su imperio hasta mediados del siglo XIX. De entre las múltiples partes que tiene el palacio, una de las más importantes es el Tesoro.
Lo que más nos ha gustado del Palacio ha sido el Tesoro que cuenta con algunos de los objetos más valiosos del mundo, como el diamante del cucharero (un diamante de 88 quilates que perteneció a Letizia Ramolino, madre de Napoleón) o el puñal topkapi (el arma más cara del mundo, construido en oro con esmeraldas incrustadas) y el Harén lugar donde residía el Sultán, su familia unas 800 mujeres de alto nivel cultural adiestradas en ciertas habilidades. La Reina Madre era la máxima responsable del Harén.

. La Cisterna Basílica, éste es uno de los lugares que sin tener muchas expectativas visitamos y una de las que más nos sorprendió gratamente por la paz, tranquilidad y el fresco que sentimos dentro.
Es un depósito que se construyó para que la ciudad tuviera reservas de agua en caso de ser atacada. También se le conoce como el «Palacio Sumergido». La Cisterna tiene cientos de columnas decoradas que fueron reutilizadas de antiguos monumentos
Si siguen hasta el final del recorrido se encontrarán con una sorpresa, unas columnas que tienen como base una cabeza de Medusa, el ser mitológico que convertía en piedra a quien mirara.

. La Torre Gálata, si quieres tener buenas e impresionantes vistas de Estambul, tienes que ir a esta torre. Es una de las torres más antiguas del mundo y la primera fue construida en madera para servir como faro.

. El Gran Bazar Turco. A todas (os) los que nos gusta ir de compra, éste es el mejor lugar para hacerlo. Sobre todo si queremos buscar regalos, souvenirs como lámparas, camisetas, joyas, antigüedades. Eso sí prepararse para el regateo que aquí como en otros sitios es imprescindible. Y no se asusten si por ahí les sale algún comerciante maleducado, que de esos hay algunos.

. Bazar de las Especies. Aquí podrán comprar los mejores dulces y especies turcos. Seguramente como pasa en todos los tours, el guía los llevará a alguna tienda para degustar tés de todos los tipos, algunos dulces y explicarán los diversos tipos de azafrán que es una de las cosas que más compran los turistas porque aquí está más barato.

. La visita al Gran Cuerno de Oro, maravilloso puerto natural que divide el lado europeo de la ciudad en dos partes: la ciudad vieja y la parte de Gálata. No se debe dejar Estambul sin dar un paseo por el Bósforo en un barquito. En el viaje que dura alrededor de una hora veremos hermosas casas de millonarios.

Para finalizar esta lista de recomendaciones de lugares que hay que visitar en Estambul. Hay que tener en cuenta que la comida es muy especiada y puede gustar o no a mucha gente. Si Van en verano tendrán que soportar más de 30 grados y si suben a un tranvía recordar que va tope, super lleno, y que no les sorprenda que quizá puedan quedarse fuera por la sobrepoblación. Y si logran entrar, puede que se sientan literalmente como en una lata de sardinas con el olor incluido.

De uno a tres días pienso que serían los apropiados para visitar Estambul y visitar lo que anteriormente hemos recomendado. Más días pueden llegar a agobiar al turista, porque la ciudad es muy caótica y ruidosa sobre en época de Ramadán.

De viaje por el Caribe… Cartagena de Indias

LIDIA ROSELLÓ

Suelo venir de vacaciones a Cartagena de Indias, normalmente en diciembre, per este año estoy en agosto ya instalada. Os voy a contar qué hacer aquí, en la ciudad de Cartagena, como dicen ellos.

Cartagena es monumental, tiene muchísima historia ligada con España. Y a través de sus numeroso museos conoces cómo ha ido evolucionando hasta la fecha. El Palacio de la Inquisición es un claro ejemplo para conocer los métodos de tortura que se emplearon durante esa época en Colombia.

Tienes muchos más museos que visitar en esta ciudad que rebosa arte colonial por sus calles y paredes.

Lo más bonito de Cartagena es el centro histórico, recomiendo si alguien va a venir, tanto por trabajo como por ocio, que se hospede en el centro histórico o lo que es lo mismo la ciudad amurallada.
http://www.hotelcasarosa.com/index.html

Hotel Casa Rosa Cartagena de Indias

La gente suele alquilar habitaciones en casas coloniales con la belleza y esplendor de esa época pero con las comodidades de este siglo.

En Cartagena de Indias los servicios suelen ser baratos, tales como manicura (unos 15.000 pesos), masaje completo relajante (50.000 pesos), en cambio, otras cosas como los restaurantes suelen estar casi al mismo precio que en España, de ahí que a Cartagena se la considere la ciudad más cara de Colombia, por delante de Bogotá y Medellín.

En Cartagena hay mucha «Rumba» o lo que es lo mismo, mucha fiesta. El clima caribeño acompaña a beber Ron o Aguardiente y la gente tomas las plazas hasta altas horas de la noche.

De fiesta por Cartagena de Indias

Disfrutar del Mar Caribe es un lujo, visitar las islas del Rosario y bucear entre corales… una maravilla. Y si no quieres coger lancha puedes ir en taxi hasta la playa de las Américas que es una de las playas más turísticas y que por lo tanto mejor conservadas están.

Al fondo BocaGrande, la parte más moderna de la ciudad.

Espero que hay sido una guía útil para quien quiera viajar a Cartagena de Indias, y si no al menos, haya servido de un rato de entretenimiento.

Historia de un viaje accidentado

Cindy Luque Juarez

Estas vacaciones de verano han sido intensas: un poco accidentadas, pero al final de todo muy bonitas.

Hasta hoy no había contado nada de lo que nos pasó, porque quería quedarme solo con los bonitos recuerdos, pero ahora que ha transcurrido el tiempo y que estamos en casa, volviendo a la rutina, creo que ya es hora de decirlo, y sobre todo alertar a aquellos que como nosotros confiamos nuestro viaje a una agencia.

Primero decidimos nuestro destino: Turquía. Luego, vimos las diferentes agencias y qué nos ofrecía cada una de ellas. Al final nos decidimos por Halcón Viajes, porque era la agencia donde siempre comprábamos tickets de avión, tours, etc. Como la conocíamos y siempre habíamos tenido un buen servicio decidimos que ellos nos buscaran el tour a Turquía.

Tuvimos que ir varias veces a la oficina de la agencia para ver si habían tours en las fechas en las que podíamos viajar. Una vez que encontraron una fecha adecuada, empezó todo el papeleo de los datos, de los pagos, etc.  Como en el anterior viaje a Egipto ( que por cierto ellos nos lo vendieron y todo fue genial) le pregunté a la persona que siempre nos atendía si era necesario que sacara un pasaporte especial para viajar a Turquía. Le recordé que yo soy peruana, que aún no tengo la nacionalidad española, que solo tengo la residencia, etc. Ella me respondió que, al igual que en Egipto, solo debía pagar cierta cantidad de dinero cuando llegara al aeropuerto de Estambul.

Como en otras ocasiones confiamos en la agencia ¡¡¡¡Grave error!!! Si hubiera sido más desconfiada y hubiera llamado al consulado turco, me hubiera evitado muchos disgustos. Pero bueno, ¿para qué  vas a una agencia de viajes y para que contratas sus servicios? ¿No es para que te asesoren en todo? O en todo caso, si no tienen la información decirte que tu la busques por tu cuenta.

El día del viaje llegamos puntuales a la Terminal 1 de Barajas. Esperamos que la inmensa cola que había avanzara. Cuando por fin llegó nuestro turno la mujer de facturación revisó mi pasaporte y me dijo que yo no podía volar porque no tenía el visado turco. Le dijimos a la mujer que no era así, que en la agencia de viajes nos dijeron que a mí, al igual que a los españoles, me sellarían el pasaporte llegando al aeropuerto turco y pagando 15 euros. Pero ella dijo que no, y así fue. Es más, la muy “sensata” le indicó a mi marido que si quería, él si podía viajar, pero que yo tenía que pedir la visa. Obviamente mi esposo dijo que ni loco viajaba solo.

Nos retiramos de la cola y el asombro pasó a ser indignación, rabia, impotencia. Lo único que nos quedaba era llamar al número de emergencia de la agencia de viajes. Al llamar nos dijeron que nos comunicáramos con la empresa que organizaba el tour, Panavisión, que tampoco daba soluciones. Me armé de todo el coraje y rabia que tenía y volví a llamar a Panavisión, lo único que ofrecían era cambiarnos el viaje, pero siempre y cuando tuviera el visado. Primero el visado y luego el cambio de vuelo.

Al día siguiente (lunes) muy temprano fuimos al Consulado Turco. El funcionario que nos atendió fue muy amable y quedó tan sorprendido con nuestra historia que accedió a darnos el visado para el día siguiente (martes) por la mañana. Con esa información llamamos a Panavisión para que nos reubicaran en un nuevo vuelo. Dijeron que todos los vuelos a Turquía estaban completos y que si queríamos viajar el martes por la tarde tendríamos que pagar 800 euros más porque nos pondrían en clase Business. Además de eso llegando a Estambul nos incorporaríamos al tour que ya tenía dos días de iniciado. Osea, todo pérdidas. Pérdida de dinero, pérdida de tiempo, y pérdida de tour.

No aguanté la rabia y  le reclamé a la mujer que me respondía del otro lado del teléfono, que cómo era posible que solo nos dieran esa opción si el error no había sido nuestro, que en la agencia nos habían dado una información equivocada, que estábamos asesorándonos en la Oficina de Protección al Consumidor y que pondríamos un reclamo.

Al verme tan enfadada la encargada de Panavisión nos dió otra opción: salir la siguiente semana pagando algo menos. Era eso o perder todo el dinero. Y como pasa en todos lados, primero se paga y luego se reclama. Decidimos optar por el menor de los males y aceptar su oferta.

Los días siguientes, para no torturarnos con lo mal que nos estaba yendo, decidimos irnos de Madrid, olvidarnos del tema hasta el día del vuelo y visitar a nuestros amigos en Tarragona. Disfrutamos de su compañía, nos dieron ánimo, y también disfrutamos de un día en la playa. Tan tensa y estresada estaría con todo el problema del viaje que me dio una contractura muscular en el cuello y la espalda. Tuve que tomar relajantes musculares y esperar a que se me pasara rápido el malestar para estar bien para el viaje.

Pero eso no fue todo, un día antes del vuelo a Estambul, fuimos a casa de campo de la familia de nuestros amigos. Allí comimos fideuá con mariscos, comida que me encanta. Pero para mi mala pata ese día me intoxiqué. Se me llenó la cara de ronchas, la piel se me puso roja, y me picaba todo el cuerpo; sentía que se me cerraba la garganta. Me llevaron de emergencia al hospital y allí me tuvieron en observación 3 horas y me dieron medicina a través de la vena.

Como ven cerramos con broche de oro la racha de “accidentes” que tuvimos previo al viaje. Gracias a Dios que luego, al embarcar, al llegar a Turquía, y durante todo el viaje fue todo de maravilla. Conocimos personas majísimas, y pudimos visitar otra preciosa parte del mundo y ver uno de los mejores amaneceres desde un globo aerostático.

A pesar de todo lo malo, pudimos disfrutar de unas lindas vacaciones. Pero eso sí, ya sabemos que la próxima vez no volveremos a contratar la misma agencia de viajes. Ahora mismo nos estamos informando de cómo y a través de quiénes debemos hacer nuestro reclamo.

Ya saben, si quieren viajar a un país, primero infórmense acerca de los visados, llamen a los consulados para saber si según su nacionalidad necesitan o no la visa para entrar a ese lugar. No confíen mucho en lo que les diga la agencia de viajes, porque si se equivocan al final se lavarán las manos y el error será de “ustedes por no informarse bien”. Porque eso fue lo que nos dijeron, que el cliente debía informarse sobre el tema de sus documentos. Pero yo me sigo preguntando, ¿ entonces para qué contratamos una agencia de viajes?.

Hasta pronto Lima

CINDY LUQUE JUAREZ

Despedirse de los seres queridos es muy duro. Los adioses, los hasta luegos no me gustan. Siempre me hacen mal. No me gusta dejar a la gente que quiero. Pero asi es la ley de la vida. Todo viene y va. Y las vacaciones siempre tienen final.

Cada vez que voy a ver a mi familia y amigos en Lima la paso muy bien, hasta que llega el final del viaje.

La despedidas son lo peor para mi, nunca me han gustado. Ni siquiera aquellas que han sido por poco tiempo. Siempre se me corta la voz cuando tengo que decir adiós. Las lágrimas me salen a borbotones y el pecho me duele. Y finalmente, lloro como un niño al que le han quitado el chupete. Es horrible. Lloro en la despedida, en el avión, en casa (España), a solas, con mi esposo, cuando veo a las familias juntas, etc. Por lo menos, son 3 días de bajón. En cama, sin ganas de nada, solo dormir, dormir, no pensar y olvidar la distancia de 10 mil km que separan España de Perú, esos km que me alejan de la gente que quiero, que anhelo, con la que deseo pasar más tiempo. Pero ni modo, la distancia existe y no puedo eliminarla del mapa, solo aceptarla.
En estos días a lo único que me aferro es a la idea de que el tiempo pasará pronto y volveré a verlos, y al apoyo incondicional de mi esposo, que me anima, me apoya y me consuela en todo este proceso. Mis amigos son muy importantes también, son parte de mi vida y mi familia, y su cariño me hace sentir mejor.
Espero que en los próximos viajes a Lima las despedidas no duelan tanto, y que el bajón dure cada vez menos. Pero bueno, como diría el Hombre de Hojalata del Mago de Oz: «Ahora sé que tengo corazón, porque sufro».
«Como en casa en ningún sitio».