DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Y por fin nació

Cindy Luque Juarez

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Andrés ya tiene 19 meses. Después de tanto mareo con las fechas del posible parto nació a mediados de Septiembre por cesárea. Estuve dos días ingresada en el hospital para que me indujeran el parto, ya que llegué a las 41 semanas y media sin dolores, sin haber roto aguas, sin nada de nada, más verde no podía estar. Como el tiempo jugaba en contra decidieron programarme el parto, claro hasta el final dejaron que el bebe naciera por vía natural ayudándome con medicina para producirme contracciones, pero nada de nada.

El primer día la medicina me produjo fortísimas contracciones, pero no pasaba del 2 de dilatación. El segundo día me rompieron la bolsa a mano (literalmente), luego me pusieron oxitocina y ni aún así aumentaba mi nivel de dilatación, eso sí las contracciones seguían siendo fuertes. Todo el tiempo aguante sin epidural, me habían puesto la vía por si acaso, pero sin la medicina. Después de tanta espera 5 médicos me volvieron a revisar y decidieron poner fin a mi cansancio, decidieron mandarme al quirófano. El miedo me invadió por completo. Me puse super nerviosa, nunca había pisado una sala de operaciones, se lo comenté a los médicos, los cuales se portaron muy bien conmigo, me calmaron, me hablaban de diversos temas para que me olvidara de la cesárea y hasta pusieron música de fondo, la de Julio Iglesias. Eso sí, cuando volvía a ser consciente de lo que me estaban haciendo, me volvía a poner nerviosa, al punto que me tuvieron que subir la dosis de anestesia. En poco más de 15 minutos de haber entrado al quirófano, nació mi hijo, un robusto bebe de 4 kilos 200 gramos. Uno de los cirujanos me dijo riéndose: “¿Cómo querías que este bebe tan grande naciera por parto normal?”. Al verlo, se me pasaron todos los nervios. Su llanto hasta ahora se repite en mi cabeza cuando por las noches, de vez en cuando, se despierta llorando. Ese forma de llorar, creo yo, se mantiene, para mi no ha cambiado. En fin, que ya es más de año y medio con mi chiquitín grandullón, compartiendo sus días, sus progresos, sus rabietas, sus risas (cómo las adoro) y disfrutando su padre y yo de esos besos que hacen que cualquier problema o mal día se pasen de inmediato. Si me preguntas si me acuerdo del dolor, de lo mal que lo pasé, de la recuperación de la cesárea, te diré que sí, que me acuerdo, pero solo eso, lo que no te podré contar con exactitud es la sensación del dolor porque aunque sé que lo sufrí, no me acuerdo. Creo que Dios nos ha dado a las mujeres una capacidad de aguante, y de eliminar de nuestras memorias el dolor vivido en ciertas situaciones como el parto. Por lo menos este es mi caso.

Bueno pues después de cerrar el círculo de Diario de una Primeriza a ver si empiezo a contarles algunas cosas del día a día de la crianza. Besos y bienvenidos de nuevo.

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Nueve meses y un poquito más

Cindy Luque Juárez
Hace más de dos meses que no escribo nada y han pasado muchas cosas, ahora si que puedo decir que soy una mami primeriza. Ya tengo a Andrés en mis brazos. Con mes y medio este chiquitín ha llenado de alegría nuestras vidas, pero para llegar hasta aquí les tengo que contar cómo fue el final del camino del embarazo. Les resumiré cómo fue el parto.

Parto 2

 

 

 

 

 

 

Historia de un parto prolongado

Ya había salido de cuentas del embarazo, pero como no tenía ningún síntoma de parto ( contracciones, bolsa rota, etc) los médicos hicieron que aguantara una semana más. Fui el día que me indicaron al hospital para que me indujeran el parto, fue un miércoles por la mañana, y me pusieron una especie de tampax con un medicamento que ayuda a dilatar. Todo ese día la pasé con contracciones fortísimas, pero sin dilatar más que 2 cm. Me dieron medicina para calmarme las contracciones y descansar para continuar la mañana siguiente.induccion

El día después, otra vez, me llevaron a la sala de dilatación y me pusieron oxitocina.  Lo mismo, todo el día con contracciones como de parto, pero sin dilatar. Tengo que decir que todas estas contracciones las pasé sin epidural. No sabía que mi umbral de dolor fuese tan alto. Ese día me rompieron la bolsa del líquido amniótico, me metieron la mano muchos médicos para » ayudarme» a dilatar y para ir viendo la posición del bebe. Obviamente, en todo momento estaba siendo monitorizada por los médicos del hospital.

Al ver que no avanzaba, seguía en 2 cm, decidieron hacerme cesárea. Me subieron al quirófano alrededor de las 9 pm. Después de dos días intensos y sin resultados positivos para que sea un parto normal, decidieron que la mejor opción para el bebe y para mi era la operación.

Cuando me dijeron esto sentí entre alivio, miedo y decepción. Alivio, porque ya no seguiría sufriendo con tantas contracciones; miedo, porque nunca antes me habían operado; y decepción porque después de mentalizarme para un parto normal, soportar las durísimas contracciones para al  final terminar en una cesárea,  lógicamente me sentí frustrada.

En los hospitales españoles, por lo que me han dicho y he podido vivir, se empeñan en que los partos sean normales. Hasta el final buscan que la madre trabaje para que el niñ@ nazca de la manera mas natural posible. Solo al final, cuando no hay más opción recurren a la cesárea, como en mi caso. Pero sinceramente es cansado y creo que deberían ver las maneras de aliviar esto a las madres, no sé, quizá previendo las situaciones, el peso, el tamaño, la posición del bebe, etc., para que no suframos demás.

En fin, con el miedo en el cuerpo entré a la sala de operaciones y allí todos me trataron muy bien. Los médicos pusieron a Julio Iglesias de fondo musical, los anestesistas me hablaban para que no pensara en lo que me iban a hacer, incluso me rascaban la cabezas y me hablaban de los presidentes y premios Nobel de mi país para relajarme. Todos majísimos. Yen cuanto menos me lo esperé, ya habían sacado a mi bebe, me lo enseñaron con el cordón umbilical colgándole aún. Los médicos graciosísimos me dijeron que cómo esperaba yo que ese niño tan grande,  4200 gr, naciera por parto natural. Imposible!!!newborn mum

Todo lo que vino despues fueron los  cuatro dias  de recuperación, y luego a casita a disfrutar del nene. El miedo quedó atrás y ahora disfrutamos de nuestro hermoso pequeñín que ha cambiado por completo nuestras vidas, para bien claro. Ahora pasamos los días entre pañales, toallitas húmedas, leche y muchas sonrisas que cada día nos regala este precioso regalito de Dios.

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Con el corazón a mil

Cindy Luque Juarez

Cada embarazo, incluso en una misma mujer, es diferente. Para las primerizas como yo todo es nuevo, todo nos sorprende y muchas veces también nos asusta.

Estos últimos días han sido un poco difíciles, es que ya la pancita me ha crecido y se nota, ya pesa más, y sobre todo me cuesta respirar. En estos días he sentido que el corazón me va a mil por hora, súper acelerado, tanto que tengo que respirar profundamente para poder oxigenarme. Muchas amigas que han estado embarazadas dicen que es normal, que esto se pasa. Incluso los médicos indican que ahora mi corazón debe trabajar por dos. Todo eso lo sé, pero creo que, como muchas, hay cosas nuevas que aunque sean normales nos agobian. A mi me está pasando.
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Y las noches ahora se me están haciendo pesadas porque dormir boca arriba ya es imposible, y de costado me cansa. A veces despierto con dolor del lado donde he apoyado la barriguita. Menos mal que tengo mi apoyo incondicional a mi lado, mi esposo: que me relaja, me anima, me da masajes para quitarme el estrés, me hace mis infusiones relajantes, en definitiva, aunque no lleve la panza en su cuerpo…me ayuda a llevar los síntomas como si él mismo las viviera.
Para el dolor de espalda al dormir, me han recomendado mucho comprar una almohada que se adapte al cuerpo y que soporte la barriguita. bodypillowHoy hemos ido a buscarla y sinceramente, los precios no son económicos, son mas bien caros. Si la situación se mantiene, de todas maneras tendré que comprarme  una de esas almohadas que me ayuden en mis noches de desvelo.
Por cierto, acerca de esta angustia del peso y del corazón acelerado una amiga me ha dicho que cuando una está embarazada esto es parte del proceso, pero sobre todo cuando esperamos un niño, porque los varoncitos son más exigentes con la mami, incluso aún desde el vientre, «nos absorben más todo, las energías, la sangre, las vitaminas, etc.»‘ Me hizo gracia.
Espero que a otras primerizas les esté yendo mejor, porque como ya dije cada embarazo es diferente. Mucha fuerza a todas las futuras mamis!!!

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Cambiando de dentro hacia fuera (I)

Cindy Luque Juarez


Cuando me enteré que iba ser mami no me lo creí. Vimos el test de embrazo con mi esposo y quedamos estupefactos, sobre todo porque no esperaos que quedaríamos «embarazados» tan rápido.

La sensación fue rara, porque aún sabiendo que teníamos una semillita creciendo, todavía no nos creíamos la noticia porque no sentíamos nada. Sin embargo, las siguientes semanas si que empezamos a sentir grandes cambios en nuestras vidas, digo en plural porque nos afectó a ambos. Tuvimos que esperar casi una semana, para corroborar lo que decía el test de la farmacia. Primero mi suegra mandó analizar un muestra de orina y nos dio la primera enhorabuena. Luego vino la cita con el médico y las exámenes de sangre corroboraron la buena nueva. Un embrión estaba creciendo dentro mio. Ahora venía lo bueno: los cambios físicos.
Las semanas siguiente no solo iba cambiando mi cuerpo, sobre todo los pechos que se hincharon y crecieron de manera impresionante. Y sobre las sensaciones que iba experimentando, éstas eran tan raras. Primero sentía mucha pero mucha hambre, y mucho pero mucho sueño. A cada hora quería comer algo. Y caía rendida en cualquier momentos en el sofá o en la cama. No podía con mi cuerpo.

Luego, vinieron los mareos, las nauseas. Nunca llegué al vómito, pero la sensación de asco al ver algunas comidas era horrible. Había días en que comía muy bien y otros ese mismo plato me daba asco. Vivía en la incertidumbre de saber qué comer cada día. Además, mientras pasaban los días la acidez en la garganta iba aumentando, esto hacía que muchas veces una comida que había entrado bien y me había gustado se me «repitiera» y en ese momento le cogiera asco. Todos los días era lo mismo. Estaba asustada, porque pensaba que no podría comer bien y por tanto no alimentar bien al bebé.

Además, la cocina era un territorio vetado para mi nariz. El olor de la comida, de los aderezos me daba nauseas. Mi marido maravilloso, sin saber cocinar se enfundó en el mandil y hacía lo que podía. Mi suegra también nos ayudó mucho y nos proveyó de comida para algunos días.

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Bebé a la vista

Cindy Luque Juarez

Hola, vuelvo después de una larga temporada de mutismo absoluto pero es por una buena razón. Estaba pasando unos meses muy bonitos y de mucho cambio en mi vida. Cambios de dentro hacia fuera. Cambios que han hecho que mi cuerpo experimente una linda etapa que muchas mujeres ya han pasado, que otras están pasando y que muchas pasarán.

Estamos a la espera de nuestro primer bebé.

Y de ahora en adelante me gustaría, en la medida de lo posible, poder contar cómo van las cosas, cómo crece la pancita y cómo van los síntomas y todos esos cambios que las mamis en espera experimentamos. No pretendo que ésta sea una guía para nadie, solo quiero contar lo que día a día me pasa mientras experimento este maravilloso milagro de la vida.