El que la sigue la consigue

Cindy Luque Juarez

Sé que no he terminado de contarles sobre el viaje a Turquía. Me quedaba por describir, según mi humilde opinión, la mejor parte del viaje y las mejores ciudades que visitamos. Espero poder terminar de escribir esa segunda parte para postearlo. Pero antes quería compartir con ustedes una buena noticia relacionada con esta «travesía» que vivimos.

Como ya les había descrito, este viaje ha sido un viaje lleno «de sorpresas» y algo «accidentado», sobre todo porque tuvimos que desembolsar más dinero del que habíamos previsto por una mala información de la agencia de viajes (que fue el motivo por el que no pude volar la primera vez a Estambul). Y como siempre había que pagar y al final reclamar.

En fin, a la vuelta del viaje no nos animamos a reclamar, pero gracias a una buena amiga que me animó a hacer cumplir mis derechos como consumidora y pedir una indemnización por el «error» de la agencia que nos había ocasionado tantos problemas, decidí ir a la agencia de viajes a reclamar.

Incluso pedí una cita con el gerente de la empresa de viajes y cuando hablé con él le expuse todos mis puntos y por qué creía que debían devolvernos el dinero que pagamos de más. El hombre nos pidió disculpas por lo sucedido y nos agradeció que antes que nada acudiéramos a él para tratar de solucionar el problema. Nos pidió 10 días para darnos una respuesta. Antes de cumplirse el plazo, nos llamaron de la agencia y nos dieron la grata noticia de que nos devolvían todo el dinero extra que habíamos gastado.


La verdad es que ha sido un gran gusto saber que todavía hay empresas que se preocupan por enmendar sus errores y fidelizar a sus clientes frecuentes, en este caso Halcón Viajes. Si bien nadie nos quita el mal rato que pasamos previo al viaje, hoy podemos decir que esta agencia se merece nuestro voto de confianza, eso sí de ahora en adelante con más ojo y cuidado que nunca cuando contratemos futuros tours.

Historia de un viaje accidentado

Cindy Luque Juarez

Estas vacaciones de verano han sido intensas: un poco accidentadas, pero al final de todo muy bonitas.

Hasta hoy no había contado nada de lo que nos pasó, porque quería quedarme solo con los bonitos recuerdos, pero ahora que ha transcurrido el tiempo y que estamos en casa, volviendo a la rutina, creo que ya es hora de decirlo, y sobre todo alertar a aquellos que como nosotros confiamos nuestro viaje a una agencia.

Primero decidimos nuestro destino: Turquía. Luego, vimos las diferentes agencias y qué nos ofrecía cada una de ellas. Al final nos decidimos por Halcón Viajes, porque era la agencia donde siempre comprábamos tickets de avión, tours, etc. Como la conocíamos y siempre habíamos tenido un buen servicio decidimos que ellos nos buscaran el tour a Turquía.

Tuvimos que ir varias veces a la oficina de la agencia para ver si habían tours en las fechas en las que podíamos viajar. Una vez que encontraron una fecha adecuada, empezó todo el papeleo de los datos, de los pagos, etc.  Como en el anterior viaje a Egipto ( que por cierto ellos nos lo vendieron y todo fue genial) le pregunté a la persona que siempre nos atendía si era necesario que sacara un pasaporte especial para viajar a Turquía. Le recordé que yo soy peruana, que aún no tengo la nacionalidad española, que solo tengo la residencia, etc. Ella me respondió que, al igual que en Egipto, solo debía pagar cierta cantidad de dinero cuando llegara al aeropuerto de Estambul.

Como en otras ocasiones confiamos en la agencia ¡¡¡¡Grave error!!! Si hubiera sido más desconfiada y hubiera llamado al consulado turco, me hubiera evitado muchos disgustos. Pero bueno, ¿para qué  vas a una agencia de viajes y para que contratas sus servicios? ¿No es para que te asesoren en todo? O en todo caso, si no tienen la información decirte que tu la busques por tu cuenta.

El día del viaje llegamos puntuales a la Terminal 1 de Barajas. Esperamos que la inmensa cola que había avanzara. Cuando por fin llegó nuestro turno la mujer de facturación revisó mi pasaporte y me dijo que yo no podía volar porque no tenía el visado turco. Le dijimos a la mujer que no era así, que en la agencia de viajes nos dijeron que a mí, al igual que a los españoles, me sellarían el pasaporte llegando al aeropuerto turco y pagando 15 euros. Pero ella dijo que no, y así fue. Es más, la muy “sensata” le indicó a mi marido que si quería, él si podía viajar, pero que yo tenía que pedir la visa. Obviamente mi esposo dijo que ni loco viajaba solo.

Nos retiramos de la cola y el asombro pasó a ser indignación, rabia, impotencia. Lo único que nos quedaba era llamar al número de emergencia de la agencia de viajes. Al llamar nos dijeron que nos comunicáramos con la empresa que organizaba el tour, Panavisión, que tampoco daba soluciones. Me armé de todo el coraje y rabia que tenía y volví a llamar a Panavisión, lo único que ofrecían era cambiarnos el viaje, pero siempre y cuando tuviera el visado. Primero el visado y luego el cambio de vuelo.

Al día siguiente (lunes) muy temprano fuimos al Consulado Turco. El funcionario que nos atendió fue muy amable y quedó tan sorprendido con nuestra historia que accedió a darnos el visado para el día siguiente (martes) por la mañana. Con esa información llamamos a Panavisión para que nos reubicaran en un nuevo vuelo. Dijeron que todos los vuelos a Turquía estaban completos y que si queríamos viajar el martes por la tarde tendríamos que pagar 800 euros más porque nos pondrían en clase Business. Además de eso llegando a Estambul nos incorporaríamos al tour que ya tenía dos días de iniciado. Osea, todo pérdidas. Pérdida de dinero, pérdida de tiempo, y pérdida de tour.

No aguanté la rabia y  le reclamé a la mujer que me respondía del otro lado del teléfono, que cómo era posible que solo nos dieran esa opción si el error no había sido nuestro, que en la agencia nos habían dado una información equivocada, que estábamos asesorándonos en la Oficina de Protección al Consumidor y que pondríamos un reclamo.

Al verme tan enfadada la encargada de Panavisión nos dió otra opción: salir la siguiente semana pagando algo menos. Era eso o perder todo el dinero. Y como pasa en todos lados, primero se paga y luego se reclama. Decidimos optar por el menor de los males y aceptar su oferta.

Los días siguientes, para no torturarnos con lo mal que nos estaba yendo, decidimos irnos de Madrid, olvidarnos del tema hasta el día del vuelo y visitar a nuestros amigos en Tarragona. Disfrutamos de su compañía, nos dieron ánimo, y también disfrutamos de un día en la playa. Tan tensa y estresada estaría con todo el problema del viaje que me dio una contractura muscular en el cuello y la espalda. Tuve que tomar relajantes musculares y esperar a que se me pasara rápido el malestar para estar bien para el viaje.

Pero eso no fue todo, un día antes del vuelo a Estambul, fuimos a casa de campo de la familia de nuestros amigos. Allí comimos fideuá con mariscos, comida que me encanta. Pero para mi mala pata ese día me intoxiqué. Se me llenó la cara de ronchas, la piel se me puso roja, y me picaba todo el cuerpo; sentía que se me cerraba la garganta. Me llevaron de emergencia al hospital y allí me tuvieron en observación 3 horas y me dieron medicina a través de la vena.

Como ven cerramos con broche de oro la racha de “accidentes” que tuvimos previo al viaje. Gracias a Dios que luego, al embarcar, al llegar a Turquía, y durante todo el viaje fue todo de maravilla. Conocimos personas majísimas, y pudimos visitar otra preciosa parte del mundo y ver uno de los mejores amaneceres desde un globo aerostático.

A pesar de todo lo malo, pudimos disfrutar de unas lindas vacaciones. Pero eso sí, ya sabemos que la próxima vez no volveremos a contratar la misma agencia de viajes. Ahora mismo nos estamos informando de cómo y a través de quiénes debemos hacer nuestro reclamo.

Ya saben, si quieren viajar a un país, primero infórmense acerca de los visados, llamen a los consulados para saber si según su nacionalidad necesitan o no la visa para entrar a ese lugar. No confíen mucho en lo que les diga la agencia de viajes, porque si se equivocan al final se lavarán las manos y el error será de “ustedes por no informarse bien”. Porque eso fue lo que nos dijeron, que el cliente debía informarse sobre el tema de sus documentos. Pero yo me sigo preguntando, ¿ entonces para qué contratamos una agencia de viajes?.

Hasta las narices de la crisis

Hasta las narices de la crisis
Lidia Roselló

Hasta las mismísimas narices estoy de la palabra crisis, recesión y otras de similar calaña. Quiero vivir feliz y sin tanto agobio porque os aseguro que vivo agobiada por esta situación a pesar de ser afortumada por tener un trabajo, un buen trabajo que dependemos directamente de la gente, un Pub irlandés en Vera, Almería. Y ya es bastante penoso el día a día que ves como la gente consume bastante menos que hace un año como para que te lo recuerden a cada momento en todos los medios de comunicación.

 

Sales por la calle y te encuentras con alguna amiga o amigo y al final terminas hablando de «la crisis», si es que ya sabes, estamos en crisis… ufff frase que no me gusta nada!. Así que me voy a poner en huelga, huelga de CRISIS, no la quiero más en mi vida, la voy a alejar para volver a ser feliz. ¿me acompañas?

Reciclarse para superar la crisis

Cindy Luque Juarez

Soy periodista de profesión. Con amplia experiencia en medios escritos, radiales, asesoría de comunicaciones, relaciones públicas, etc. Hablo inglés, francés y un poquito de alemán. Pareciera que con esta descripción podría estar tranquila pues mi amplio curriculum me abrirá las puertas de cualquier trabajo digno y donde pueda poner en práctica mis habilidades y conocimientos. Sin embargo, en esta época de crisis que vivimos en España, un amplio curriculum no sirve de mucho o, mejor dicho, de nada.

Hoy en día menos es más. Menos experiencia es más posibilidad de encontrar un trabajo que quizá no sea en la rama profesional que buscas, pero por lo menos el que te contrate podrá pensar que al no tener tanta experiencia no aspirarás a cobrar más. Muchos empleadores rehuyen a los profesionales cualificados. Con esto no quiero decir que no se siga contratando a gente muy cualificada, con másteres bajo el brazo e idiomas. Todavía existen los milagros, pocos pero hay.

Con todo este preámbulo quería decir que como ahora la cosa va mal, lo único que nos queda a profesionales cualificados y con amplia experiencia es reciclarnos. Sí reciclarnos. Buscar nuevos oasis en medio del desierto del desempleo y la crisis. Un claro ejemplo es el de mi amiga periodista,  que al ver que en los medios de comunicación la cosa iba mal, arriesgó en dirigir un negocio familiar. Ella ahora es relaciones públicas de un pub irlandés. Nada que ver con trabajar en la TV,  cosa que a ella le encantaba pero que terminó dándole también disgustos. Por cierto, con la buena mano de directora-relaciones públicas, y las dotes de comunicación que tiene, el negocio va creciendo a buen ritmo.

Y sobre mi, pues qué decir. Mi reciclaje ha ido al  ámbito de los idiomas. Me he convertido en profesora de inglés para niños. En una academia que me ha abierto las puertas, a pesar de no ser nativa en este idioma. Es un trabajo que me permite hacer más cosas, que agota porque los niños «tienen mucha energía», pero que viene bien. Además de dar clases de inglés imparto cursos de comunicación en Cruz Roja; realizo labores de difusión y comunicación en este organismo. Y otros días soy «tertuliana», jajaja- esta palabra me da risa- en la radio regional, donde hablamos de temas de extranjería e inmigración. Ahh!!! Y algo que me sigue ligando a mi carrera profesional y me apasiona, ser corresponsal en España de una radio peruana.

Como ven reciclaje para pasar la crisis. El caso de mi amiga y el mío son de los menos radicales. Hay otras personas que han tenido que empezar de cero. Han pasado de ser abogados a peluqueros. De ser chef a profesores. Periodistas a dependientes en grandes tiendas, y así una larga lista de  profesiones y oficios.

Reciclarse, reeditarse, regenerarse. Aquí el que no se adapta al medio, no sobrevive.

El que más tiene más quiere

CINDY LUQUE J.

Es deleznable que algunas empresas españolas estén utilizando de mala manera la excusa de la crisis económica para aprovecharse y despedir a diestra y siniestra gente de sus plantillas. Un claro ejemplo es la actitud de la transnacional Telefónica que la última semana ha dicho que despedirá a unos 5,600 trabajadores, que representan el 20% de su plantilla (28 mil empleados), a pesar de lograr el beneficio récord de España, un 30% más que el año anterior (10.167 millones de euros).

Pero eso no es todo señores. A esto se suma la contradictoria de que Telefónica dará a sus directivos unos incentivos de hasta 450 millones de euros. Sus tres principales ejecutivos juntos con 1.900 directivos se beneficiarán de esta gracia.

¿Alguien puede explicarme cómo se  entiende esto? Una empresa que obtiene beneficios, es porque su negocio marcha bien y porque sus trabajadores lo están haciendo bien, no? Entonces, cómo es posible que a pesar de eso tenga que despedir al 20% de su plantilla y encima de todo, como    burlándose de los pobres empleados, decirles en su cara pelada: a ti te despido, pero al alto cargo le doy más dinero.  WHAT???

Sinceramente esto no puede estar pasando. Es indignante que se permita que una empresa como Telefónica lleve a cabo este tipo de medidas, sobre todo en estas épocas, cuando pequeñas y medianas empresas están haciendo lo posible e imposible por mantener a sus trabajadores, a pesar de que las  cosas no van bien.

El Gobierno Español ya se ha pronunciado. La Ministra de Economía, Elena Salgado, ha dicho que es inoportuna esta decisión de Telefónica.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, afirmó que no es un buen momento para producir ajustes de plantilla «en un tamaño tan importante».

La Telefónica se basa en el argumento de que parte de sus beneficios provienen de fuera de España. Pero como ha dicho la ministra Salgado, aunque eso es cierto, también lo es que «esas inversiones en otros países se han hecho desde España y en muchos casos con regímenes fiscales favorables«.

Y por tanto, de alguna manera los ciudadanos españoles, los contribuyentes, son parte de esos beneficios globales de Telefónica.

El ministro de Trabajo, ha asegurado que el Gobierno «se opondrá al expediente de regulación de empleo de Telefónica tal y como está concebido», y ha animado a la compañía «a que reflexione y dialogue con los sindicatos».

Esperemos que esta empresa no llegue a despedir a tanta gente y recapacite.

No se olviden de adelantar su relojes…

CINDY LUQUE J.

La madrugada de este domingo todos relojes deberán adelantarse una hora (a las 02.00 serán las 03.00) para dar inicio al llamado «Horario de Verano».

Teóricamente tendremos una hora menos de descanso, pero se supone que con esta medida ahorramos energía eléctrica, según los expertos 6 euros en cada hogar

El cambio supondrá, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un ahorro total en iluminación de 300 millones de euros.

Pero no solo ahorramos adelantando los relojes, sino también consumiendo de manera responsable la luz en nuestras casas.

El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.

El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión, fueron los que aprobaron, en enero de 2001, el cambio de horario el último domingo de Marzo (Horario de Verano) y el último domingo de Octubre (Horario de Invierno)

 

¿Todos los países cambian el horario?

No. La Unión Europea lo hace, Estados Unidos y Canadá, también, y muchos países de Latinoamérica. Pero naciones cercanas al Ecuador no tienen esta costumbre, entre otras cosas porque las estaciones influyen poco en los horarios del amanecer y el anochecer.

Según la Wikipedia, solo una minoría del mundo aplica distintos horarios en invierno y en verano, porque en África y en Asia no existen estas variaciones.

Industria propone subir en un 12,5% el recibo de la luz

CINDY LUQUE JUAREZ

El Ministerio de Industria ha propuesto subir en abril los peajes de acceso, la parte del recibo de la luz que fija el Gobierno, un 12,5% para la mayoría de los hogares y pequeños comercios, un 9% para el resto de los consumidores de baja tensión y un 2% para los grandes consumidores industriales.

Así se recoge en la propuesta de orden ministerial que Industria ha remitido a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) por la que se revisan las tarifas de acceso, que retribuyen costes regulados como el transporte, la distribución, etc.

Las subidas contempladas en el documento, contrastan con la decisión del ministerio que preside Miguel Sebastián de congelarlas en las revisiones de la luz de octubre y diciembre. Incluso, Sebastián ha recalcado en numerosas ocasiones que la subida de la luz del 10% en enero fue «excepcional e irrepetible».