Sentimientos encontrados

Desde el embarazo empecé a tener sentimientos encontrados: de alegría, miedo, inseguridad.  Estaba feliz porque mi bebé estaba sano y aunque el embarazo se me hizo pesado sabía que todo tendría un final feliz. Sentí miedo al no saber cómo afrontaría la bimaternidad, si podía ser capaz de llevar la casa, un niño de casi tres años y un bebé. Pero el sentimiento más fuerte que tuve fue el de sentir que traicionaba a mi hijo mayor por su hermanito, que le quitaba su puesto, que ya no sería mi engreído, que no iba a cuidarlo como siempre. Es más, no sabía cómo era eso de dar amor a dos pequeños que me iban a necesitar a la vez. Me preguntaba si sentiría el mismo amor por ambos. Llegué a preguntarles a mis amigas (bimadres) sobre este tema, ellas me dijeron que eso se aprendía en el camino, que hay amor para cada hijo, pero que la relación que uno forjaba con el primero era más fuerte y más especial que con el segundo, no mejor ni peor, sino especial por haberle dedicado tiempo exclusivo.
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Con este cúmulo de pensamientos y sentimientos, quise por todos los medios que en este segundo embarazo  mi parto fuese natural porque no quería dejar a mi hijo mayor «solo» (sin mi) por mucho tiempo. Mis esfuerzos no sirvieron de nada, las caminatas, los ejercicios con la pelota de pilates, la homeopatía, no me sirvieron de nada. Al final me hicieron cesárea porque no dilaté casi nada. Tuve que quedarme cuatro días hospitalizada y eso me dolió más que las grapas que me pusieron. Se me partía el corazón ver a mi hijo llorar cuando se despedía porque quería quedarse conmigo en el hospital. Él no entendía por qué no podía quedarse conmigo y por qué había otro bebé en mis brazos que sí podía estar a mi lado. Él lloraba y yo también. Esos días en el hospital fueron horribles e interminables. Tanto fue mi afán por querer irme a casa con mi hijo mayor que a la pregunta del médico de si quería el alta un día antes de lo normal, dije que sí. Poco a poco estoy aprendiendo a repartir mi amor, mi tiempo, mis atenciones y mimos a mis dos pequeños tesoros y, sí, hay amor para los dos.
¿Alguna vez has sentido que con el segundo hijo traicionabas al mayor?, o ¿quizá no sabías, como yo, eso de dar amor a más de un hijo?. Ojalá puedas compartir tu experiencia conmigo. Besos.

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Y por fin nació

Cindy Luque Juarez

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Andrés ya tiene 19 meses. Después de tanto mareo con las fechas del posible parto nació a mediados de Septiembre por cesárea. Estuve dos días ingresada en el hospital para que me indujeran el parto, ya que llegué a las 41 semanas y media sin dolores, sin haber roto aguas, sin nada de nada, más verde no podía estar. Como el tiempo jugaba en contra decidieron programarme el parto, claro hasta el final dejaron que el bebe naciera por vía natural ayudándome con medicina para producirme contracciones, pero nada de nada.

El primer día la medicina me produjo fortísimas contracciones, pero no pasaba del 2 de dilatación. El segundo día me rompieron la bolsa a mano (literalmente), luego me pusieron oxitocina y ni aún así aumentaba mi nivel de dilatación, eso sí las contracciones seguían siendo fuertes. Todo el tiempo aguante sin epidural, me habían puesto la vía por si acaso, pero sin la medicina. Después de tanta espera 5 médicos me volvieron a revisar y decidieron poner fin a mi cansancio, decidieron mandarme al quirófano. El miedo me invadió por completo. Me puse super nerviosa, nunca había pisado una sala de operaciones, se lo comenté a los médicos, los cuales se portaron muy bien conmigo, me calmaron, me hablaban de diversos temas para que me olvidara de la cesárea y hasta pusieron música de fondo, la de Julio Iglesias. Eso sí, cuando volvía a ser consciente de lo que me estaban haciendo, me volvía a poner nerviosa, al punto que me tuvieron que subir la dosis de anestesia. En poco más de 15 minutos de haber entrado al quirófano, nació mi hijo, un robusto bebe de 4 kilos 200 gramos. Uno de los cirujanos me dijo riéndose: “¿Cómo querías que este bebe tan grande naciera por parto normal?”. Al verlo, se me pasaron todos los nervios. Su llanto hasta ahora se repite en mi cabeza cuando por las noches, de vez en cuando, se despierta llorando. Ese forma de llorar, creo yo, se mantiene, para mi no ha cambiado. En fin, que ya es más de año y medio con mi chiquitín grandullón, compartiendo sus días, sus progresos, sus rabietas, sus risas (cómo las adoro) y disfrutando su padre y yo de esos besos que hacen que cualquier problema o mal día se pasen de inmediato. Si me preguntas si me acuerdo del dolor, de lo mal que lo pasé, de la recuperación de la cesárea, te diré que sí, que me acuerdo, pero solo eso, lo que no te podré contar con exactitud es la sensación del dolor porque aunque sé que lo sufrí, no me acuerdo. Creo que Dios nos ha dado a las mujeres una capacidad de aguante, y de eliminar de nuestras memorias el dolor vivido en ciertas situaciones como el parto. Por lo menos este es mi caso.

Bueno pues después de cerrar el círculo de Diario de una Primeriza a ver si empiezo a contarles algunas cosas del día a día de la crianza. Besos y bienvenidos de nuevo.

DIARIO DE UNA PRIMERIZA: Contracciones

Cindy Luque Juarez

Hola a tod@s , he estado un poco desconectada del blog, pero ahora vuelvo para contarles cómo han ido estas semanas. Ya inicié las clases de educación maternal. clasesprepartoLas dos primeras han sido introductorias y nos han comentado los cambios físicos, psicológicos, sexuales y demás que sufrimos las embarazadas. También nos han hablado de algunas cosas que podríamos estar sintiendo o ya hemos sentido como son las palpitaciones, sensación de taquicardia, todo esto debido a la anemia que a muchas mujeres nos da durante el embarazo. Yo he pasado por estas experiencias y a veces las sigo teniendo, es una sensación rarísima. Como todo es nuevo, a veces llegas a agobiarte y sentir que algo malo pasa. Sin embargo, hay que recalcar que son normales. Es que estamos alimentando además de nuestro cuerpo, a otro ser pequeñito que consume todo de nosotras que somos su fuente de alimentación y de oxigeno.

contracciones-y-partoLa tercera clase si que ha sido más interesante. Nos han hablado de las contracciones. Muchas de nosotras sentimos ciertas cosillas en la barriguita: a veces una especie de cosquillas; otras, que la pancita se pone dura; algunas veces, que palpita mucho, y quizá confundimos estas sensaciones con las contracciones. Estas dudas fueron aclaradas en esta sesión muy interesante.

Las contracciones las podemos tener desde la novena semana, son mínimas e indoloras y con una frecuencia de entre 1 y 3 minutos. Estas se llaman contracciones de Álvarez. Hay otras más conocidas, las de Braxton-Hicks, que se pueden sentir desde la semana 16, tampoco duelen. Con estas hay una sensación de tensión en la parte alta del útero, como un bulto que recorre el abdomen de arriba hacia abajo, y duran entre 15 y 30 segundos.

Las contracciones que sí valen, las que te indican que empieza la labor de parto y con las que tienes que coger tu bolso e irte al hospital son aquellas que sí duelen, duran casi 1 minuto, son regulares y se dan cada 3 o 4 minutos. Estas empiezan desde la parte más alta de la pancita (la parte donde choca con el diafragma) y se irradia hacia los lados, hacia abajo y hacia los riñones. Algunas mujeres que ya han tenido hijos los comparan con un fortísimo dolor de menstruación.

Pero esto es solo el inicio de todo el proceso de parto, pues nos han informado las comadronas que un parto normalmente dura unas 12 horas y tiene diferentes fases. No quiero asustarl@s pero es mejor estar informad@s para saber que se nos viene.

early-labor-contractions_thumb– El periodo de latencia: Hay contracciones cada 15 minutos y éstas duran entre 30-35 segundos.

– Periodo de dilatación: 3 o 4 contracciones cada 10 minutos. Cada contracción dura aprox. 60 segundos y son intensas. Y para ir al hospital es necesario haber dilatado 3 cm.

– Expulsión

– Alumbramiento

– Post-parto: Sigue habiendo contracciones que ayudan a que el útero regrese a su posición original. Incluso es normal que cuando damos el pecho también tengamos algunas contracciones, eso sí éstas no son dolorosas.

Según lo que nos comentó la especialista, es mejor la regularidad de las contracciones que la intensidad. Si tenemos muchas contracciones en poco tiempo, podemos ir a urgencias a ver cuánto llevamos de dilatación. Los médicos dirán si nos quedamos o si volvemos a casa.

Una cosa que viene bien durante las contracciones es la relajación y la respiración. No agobiarse para no llegar cansadas a la sala donde tendremos que alumbrar es importante.sintomas-del-embarazo

Solo espero que todo lo que nos han enseñado sobre la respiración y relajación sirva el “Día D”, porque con el estrés, el dolor y el miedo se nos olvida todo. Por lo menos sé que tengo a mi esposo al lado para animarme y ayudarme a recordar estos pasos.

En la siguiente clase de educación maternal nos hablaran del parto. Ya contaré qué tal ha ido y cómo reacciona el papi con la información que nos den. Hasta la próxima.