CINDY LUQUE JUAREZ
Cuando era adolescente nunca le di tanta importancia a la ropa, a los accesorios, a los bolsos, al maquillaje, en fin a la moda. Siempre iba con ropa normal y necesaria, ni mucho, ni poco, sobre todo porque dependía económicamente de mis padres para comprarme cualquier cosa y me daba reparo pedirles más de lo que podían ofrecerme.
Cuando empecé a ganar mi propio dinero- desde los 15 años más o menos- tampoco gastaba lo ganado en ropa. No sé, no tenía esa afición por las tendencias de la temporada. De joven tampoco se me despertó el instinto “fashionable”. Sin embargo, mi forma de ver la ropa o la moda cambiaron cuando llegué a España.
En España como en otros países europeos la moda si que es importante, tanto así que la industria textil genera millones de euros anuales. Para muestra un botón: La moda nupcial española es la segunda exportadora del mundo. En 2008 el sector registró una facturación de 1.358 millones de euros. Además, los diseñadores españoles son de los más cotizados y reconocidos en el mundo fashion.
Cuando pisé suelo español me traje varias maletas con mi ropa de Lima, pasado el tiempo éstas no me han servido de mucho, ya sea por el clima, o por la moda. Mis primeros días en España fueron para habituarme y, cómo no para ir de compras con mi suegra.
Con cada cambio de temporada los escaparates te invitan a ir de compras y renovar el armario. Aquí, el otoño, la primavera, el verano o el invierno son sinónimos de cambio de look y por ende de dejar atrás la ropa del año pasado para darle espacio a la de este año, o la de esta estación.
En estos días por ejemplo en España se han iniciado las rebajas, en casi todas las tiendas todas las prendas de la temporada que acaba de pasar tienen descuentos y descuentazos (alguna vez encontré alguna ropa con hasta 80% de descuento).
Las grandes marcas y tiendas se gastan mucho dinero en poner atractivos escaparates para atraer la atención de los compradores. Y la publicidad invita, claro que sí, a comprarte lo que Scarlet Johansson (imagen publicitaria de la marca española Mango) lleva puesto, o lo que Aghata Ruiz de la Prada, Vittorio y Luccino tienen en oferta .
La primera vez que fui a las rebajas me quedé alucinada al ver a tanta gente esperando desde tempranas horas a que abrieran las tiendas el primer día que empezaban los descuentos. La gente sigue año tras año estas costumbres. Es como si fuera una competencia por ver quién coge primero lo mejor de la tienda ( tanto en modelo, precio y talla). He visto – sobre todo- mujeres que incluso se han escapado de sus trabajos para asistir a este día de ‘fiesta’ en que mucha gente se olvida de la crisis y le da un impulso a la economía.
Sin embargo, para algunos ir el primer día de rebajas supone un estrés, un agobio con tanta gente, tanta ropa tirada por el suelo después de haber sido manoseada por mucha gente, con interminables colas para pagar en caja y continuar el “tour de las rebajas y las tiendas”. Por eso, muchos prefieren que pasen los primeros días de esta vorágine de compras compulsivas para esperar a las segundas o hasta las terceras rebajas, donde sí se pueden encontrar verdaderos chollos (gangas).
Al inicio yo era de aquellas personas que me esperaba al final, esperando las últimas rebajas, pero he aprendido que a veces ya es muy tarde, ya que te arriesgas a que lo que andabas buscando esté en el armario de otra persona. Por eso ahora voy el segundo día a las rebajas.
En mi aprendizaje sobre la moda y las rebajas también he visto que muchas personas si que saben sacar provecho de las ellas, pues días antes de que empiecen van haciendo su recorrido previo a las tiendas que más les gustan y van fichando la ropa, accesorio o lo que quieran comprarse, y el ‘Día D’ (rebajas) van directo a por aquello que tienen en su lista. Una buena manera de no perder el tiempo en medio de todo el caos, no?
Alguna vez he seguido el paso de estas personas, de ir por aquello que tenía visto antes, pero en los últimos años me he dado cuenta de que algunas tiendas guardan lo que consideran bueno de esta temporada para venderlos en la siguiente. Es decir quitan algunas cosas que podrían estar en rebajas y en su lugar colocan prendas básicas y muy sencillas en los escaparates. Pero ojo, no todas las tiendas hacen eso.
Como ya ven en estos casi tres años que llevo en España he aprendido mucho acerca de las rebajas, la moda, y ahora si que puedo distinguir a un diseñador de otro y lamentablemente para mi billetera cada día me dan más ganas de querer tener lo último en mi armario.
Y debo reconocer que ahora compro más que cuando vivía en Lima, pero es gracias a que aquí en España la ropa de marcas conocidas está más accesible a casi todos los bolsillos. Vestirse bien y a la moda, no es muy difícil.
Pero que no cunda el pánico, todavía me resisto a ser una víctima de la moda y prefiero mantener el equilibrio a la hora de comprar.
¿Y ustedes se consideran víctimas de la moda? ¿Qué es lo que más les gusta de ir de compras?