De visita por Beijing

LIDIA ROSELLÓ

Este es nuestro tercer día en la capital China, Beijing como la llaman ahora después de que se decidiera cambiar su nombre debido a que es la pronunciación en el idioma chino. Hoy hemos estado viendo y paseando por la Muralla China, en concreto en una zona que está muy bien conservada a unos 70 km de Beijing. La Muralla se construyó para defender la parte de China de la de Mongolia y va desde la frontera de Corea hasta la frontera con Mongolia por la parte norte del país.

La Muralla China

Tiene alrededor de 4 metros de ancho y después de ver esta parte puedo afirmar que espectacular, no sólo porque las piedras originales que aún pueden verse son auténticos bloques sino también por el paisaje o por la paz que emerge de ese lugar. Para subir hasta la montaña donde está este tramo de Muralla China compras una entrada que cuesta unos 40 rmb y subes en telesférico, el momento perfecto para ver desde arriba los árboles, las montañas y el monumento.

Una vez en la cima comienza la verdadera aventura y el ejercicio físico. Es duro, lo mejor es llevar ropa cómoda y por supuesto nada de tacones ni falda ya que en muchos puntos toca casi escalar de la distancia tan grande que hay entre un peldaño y otro. Por el camino te abordan vendedores con todo tipo de refrescos, chocolatinas o unas inscripciones en metal como éstas:

Aquí estamos haciendo un descanso con nuestra guía de esta mañana, Sophie (así se hace llamar en nombre occidental).

La bajada es para intrépidos, para mí ha sido el peor momento del viaje: tienes dos opciones, la primera es volver en telesférico sólo que en este caso da bastante miedo porque bajas desde una gran altura. La segunda opción es bajar por un tobogán que recorre toda la montaña y de forma individual subes en una especie de trineo que tiene la opción de acelerar o frenar.  Jesús ha elegido esta opción y yo he bajado por el telesférico ya que me ha parecido la opción más «segura».

Después hemos ido a ver un espectáculo de Acrobacia China en un teatro… impresionante las actuaciones de chinos y chinas… por supuesto: No fotos!!!!.

Para terminar el día hemos hecho una visita al mercado de la seda: Silk Market, es la forma más estresante de comprar que he conocido nunca. Las vendedoras te abordan por los pasillos, te hablan en español, por supuesto  hay que regatear muchísimo. Es bajar 10 veces el precio que ellas te piden de partida. Por ejemplo, una camiseta la compras en 40 rmb pero ellas te piden al principio unos 450 rmb!!! Con la calculadora en mano comienza la pela, te vas ellas te llaman, te cogen del brazo… y comienzan a bajar como si de una subasta se tratara: 300… 250… 200… y ya te cansas y comienzas a marcharte y por el pasillo vas escuchando: 80… 60… ok ok, 40!!!! Y entonces vuelves y te llevas aquello por lo que has estado luchando durante un buen rato. Aquello que ya ni te acuerdas de cómo era después de la feroz lucha pero lo importante es que has conseguido tu trofeo sin subir ni un solo yuan.

Seguro que muchos os preguntais que he comprado… pues tengo que decir, a pesar de causar una gran decepción, muy poco: y casi nada de marca!!! Un bolso de piel pero sin marca, una maleta de mano para el avión rosa y de piel también pero de una marca china… al final me parecía que las imitaciones no eran de buena calidad y que están todas muy vistas!!!.

Con unos 100 euros, o lo que es lo mismo 1000 rmb, en el mercado de la seda de Beijing puedes comprar muuuchas cosas para llevar de vuelta a España. Por cierto, una de mis compras favoritas han sido unos palillos artesanales para recoger el pelo!!!.

 

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